El gigante asiático, sin embargo, considera la decisión un asunto aislado de una empresa comercial, que no tendrá impacto en las relaciones entre China y Estados Unidos "salvo que exista la voluntad de politizar la decisión", según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Qin Gang.
Los visitantes del portal en China son desde ahora redirigidos al de Hong Kong. Con ello, la compañía pretende saltarse las restricciones de censura impuestas por el Gobierno del gigante asiático, que hace cuatro años le obligó a aplicar un filtro para poder operar dentro del país, lo que le ganó duras críticas de otros países y de las principales organizaciones de defensa de los derechos humanos. Pero la decisión implica también que Google, donde ya se había hecho con un 33% del mercado del gigante asiático, renuncia también a su enorme potencial, que ya es el mayor del mundo en la Red con 384 millones de usuarios.
Google es consciente de que Pekín puede bloquear el acceso a sus servicios. El punto de inflexión en sus relaciones ocurrió hace dos meses, cuando la compañía anunció que no aceptaría más autocensura en el sitio Google.cn tras sufrir un ataque, supuestamente por piratas informáticos chinos, a las cuentas de correo electrónico de las que eran titulares activistas antigubernamentales.
Según el portavoz que ha hablado esta madrugada, las acusaciones contra el Gobierno son "totalmente incorrectas. Nosotros estamos absolutamente en contra de la politización de los temas comerciales y expresamos nuestro descontento e indignación hacia Google por sus irracionales conductas". "Nosotros dimos explicaciones pacientes y meticulosas a las preguntas de Google (en las conversaciones)... y le dijimos que aún se daba la bienvenida a su operación y desarrollo en China si estaba dispuesta a apegarse a las leyes chinas", sentenció.
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