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lunes, 4 de enero de 2010

Despachos Se hizo el reparto y Lacalle tendrá el más codiciado

Los nuevos integrantes del Parlamento ya saben dónde trabajarán. Los senadores no tendrán, como hasta ahora, sus despachos en el edificio anexo. La oficina más codiciada del Palacio Legislativo le corresponderá a Luis Alberto Lacalle, electo senador.

Luis Alberto De Herrera. El viejo despacho del caudillo blanco volverá a ser ocupado por Penadés.

Luis Alberto De Herrera. El viejo despacho del caudillo blanco volverá a ser ocupado por Penadés.

Los 36 nuevos diputados y los 9 flamantes senadores que asumirán el 15 de febrero afinan por estos días con los coordinadores de las bancadas parlamentarias el despacho en el cual montar su lugar de trabajo.

En los últimos días de la pasada semana los coordinadores de los partidos representantes de las cuatro bancadas parlamentarias estuvieron reunidos discutiendo qué piso ocupar y definiendo el despacho en cada uno de los cuatro niveles del edificio anexo del Palacio Legislativo.

Tras varios días y muchas horas de negociaciones se resolvió que el Frente Amplio y sus entrantes 50 diputados se encontrarán conviviendo en el primer y en el segundo piso de la marmórea torre José Artigas. El Partido Nacional ubicará a sus representantes en los despachos que se encuentran en el tercer piso. Pero, por la cantidad (30 legisladores) necesitará además parte de los escritorios que se encuentran en el piso 4º, por lo que ese último nivel del edificio deberá compartirse con el Partido Colorado y el Nuevo Espacio, cosa que por otra parte ya saben, por acostumbramiento, cómo hacer.

A fuerza de ser sincero, la distribución de los partidos políticos en el edificio Artigas no variará demasiado con respecto a lo que se había establecido antes de que comenzara 2005, cuando también una ardua negociación determinó que la izquierda tomaría los dos primeros niveles, los blancos el tercero y parte del cuarto y los colorados y el único independiente de entonces, Iván Posada, el último piso.

La novedad para esta temporada es que no habrá oficinas de senadores, como sí las hay hoy, en el edificio anexo. Algunos representantes de la Cámara alta, como Luis Alberto Heber, Juan Justo Amaro y Rodolfo Nin Novoa, habían tomado casi por asalto al inicio de esta legislatura que está terminando algunos de los iluminados y modernos despachos del edificio anexo.

Pero esa convivencia entre senadores y diputados terminó, como casi siempre pasa, por decisión de uno de los dos, pensada y evaluada durante algún tiempo y en silencio. A partir del 15 de febrero ningún senador tendrá su oficina en ese edificio, por lo que los desalojos son inminentes, según lo determinaron los coordinadores de los diputados.

Pero ¿por qué insume tanto tiempo elegir un despacho? La respuesta está en las comodidades objetivas y subjetivas que ofrece el edificio a los inquilinos que durante cinco años lo ocuparán.

Quienes están en los dos primeros pisos acceden mas fácilmente a las salas donde funcionan las comisiones parlamentarias ubicadas en el primer subsuelo y tienen además la comodidad de transitar sin muchos vericuetos hacia el viejo edificio del Palacio Legislativo e incluso, eventualmente, al garaje donde exclusivamente los legisladores pueden estacionar sus vehículos.

Otro capítulo aparte en estas negociaciones es elegir en qué cara del edificio establecer su oficina.

O es en la que le ofrece cada día ver el Sol y tener una panorámica envidiable del Palacio y de las calles que lo circunvalan o la cara opuesta, la que le permite disfrutar cada tarde de la vista de la bahía y los infinitos tonos de ocre que pinta el Sol ocultándose tras el Cerro de Montevideo. Como se ve, la decisión no es moco de pavo.

LOS SENADORES

Para los integrantes de la Cámara alta, al no ser tanta la cantidad de nuevos integrantes, es menos engorroso el trámite de elección de oficina. Sin embargo hubo disputa.

El codiciado despacho por dimensiones y comodidades que dejará vacante el 15 de febrero el senador Julio María Sanguinetti había sido reclamado por los senadores Rafael Michelini y Rodolfo Nin Novoa. Todo parecía indicar que este último tendría más chance de quedarse con él. Sin embargo, una decisión que había adoptado hace tiempo el propio Novoa lo deja fuera de carrera. El vicepresidente estableció que esa oficina deberá ser ocupada por los ex presidentes que vuelven al ejercicio legislativo y que, en consecuencia, tienen prioridad para elegir.

En ese sentido, Luis Alberto Lacalle será el nuevo inquilino del despacho más codiciado por los 130 legisladores. Rodolfo Nin Novoa ocupará la oficina que dejará el senador Reinaldo Gargano.

Su colega Gustavo Penadés seguirá en la oficina en la cual antaño se desempeñara Luis Alberto de Herrera, abuelo de Lacalle. Todo se resolvió en esta última semana del año, según se dijo, como para que no haya desvelos durante las vacaciones.

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