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viernes, 18 de septiembre de 2009

No seguir la dieta sin gluten aumenta el riesgo de mortalidad de los celiacos

El único y más efectivo tratamiento de las personas con enfermedad celiaca es seguir una dieta sin gluten de 'por vida'. Si no lo hacen, bien por falta de diagnóstico o porque no cumplen los consejos alimenticios, este trastorno implica mayor riesgo de mortalidad, causado, principalmente, por cáncer y enfermedades cardiovasculares. Así lo afirma un estudio publicado en 'Journal of the American Medical Association'.
Gran parte de los pacientes con este trastorno no están diagnosticados porque, en ocasiones, no produce síntomas y, por lo tanto, no están tratados. En estos casos, hay más probabilidades de que, "a medio plazo, aparezcan complicaciones como osteoporosis o diabetes mellitus del tipo I, por ejemplo; y a largo plazo, cáncer (linfoma intestinal, de lengua, de esófago...)", explica Isabel Polanco, jefa del servicio de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital de La Paz. "Esta afección es multisistémica, es decir, afecta a todos los órganos y sistemas del cuerpo. De ahí que exista más mortalidad entre los pacientes sin tratar", añade la especialista.
Teniendo en cuenta esta asociación, un equipo de científicos del Hospital Universitario de Orebo (Suecia) ha realizado un estudio para examinar el riesgo de mortalidad de este tipo de pacientes comparado con el de la población general. No es la primera vez que se hace, pero "los anteriores trabajos, a diferencia de éste, habían incluido una muestra reducida de participantes", señala Peter Green, del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos), en un editorial que acompaña a la investigación.
La enfermedad celiaca se desarrolla en individuos genéticamente predispuestos y consiste en una intolerancia permanente al gluten (proteína que forma parte del trigo, la cebada, la avena y el centeno, entre otros cereales). "Para el diagnóstico, la sospecha clínica lleva a realizar un estudio serológico. Si los marcadores dan positivo, entonces se procede a la biopsia, una prueba definitiva que determinará si la mucosa del intestino delgado está atrófica (pérdida de vellosidades)", explica Eduardo Arranz, presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca y profesor de la Facultad de Medicina de Valladolid.
La prueba definitiva
En esta investigación se analizaron los datos de esta segunda prueba: las biopsias de intestino delgado tomadas entre 1969 y 2008 en Suecia y que correspondían a tres grupos distintos: aquellos que tenían atrofia en la mucosa intestinal (casos confirmados de enfermedad celiaca), aquellos que sólo presentaban inflamación de dicho órgano (junto con la atrofia intestinal, son los cambios que se producen cuando una persona celiaca ingiere gluten) y, en último lugar, aquellos que, aunque habían dado positivo en el test serológico, su mucosa intestinal es normal (latente). "Estos últimos son pacientes que podrían desarrollar la enfermedad con el tiempo", apostilla Arranz.
Todos ellos eran sospechos de padecer la enfermedad, por lo que ninguno había comenzado a seguir una dieta sin gluten. "Observamos que en los tres casos aumentaba el riesgo de mortalidad", afirman los autores de la investigación. Según los resultados, el riesgo más alto lo tenían los afectados por inflamación, quienes tenían un 72% más de probabilidades. Los pacientes con enfermedad celiaca, un 39% y aquellos con la latente, 35%.
"El alto riesgo de mortalidad en el grupo de inflamación no se debe sólo a la sensibilidad al gluten, también a otras enfermedades más graves que son las que aumentan la cifra. La inflamación es un rasgo que comparte con otras patologías", expone el presidente de la Sociedad.
Atención a los síntomas
Ante los resultados de este último estudio que, nuevamente, muestra un aumento de mortalidad entre los afectados sin tratamiento, los autores de la investigación apuestan por prestar más atención a este tipo de pacientes e intentar afinar el diagnóstico precoz.
Al hilo de las conclusiones del estudio, Arranz insiste en que "ningún paciente con inflamación o atrofia intestinal debe quedarse sin seguimiento. Confirmado el diagnóstico, con una dieta sin gluten, la mucosa se normalizará y el afectado estará fuera de peligro".
En esta misma línea, la doctora Polanco afirma que "debemos mantener alto el índice de sospecha. Hay síntomas que hasta ahora no se consideraban. Hay que pensar que diversas circunstancias, como la anorexia, la anemia, la impotencia, abortos repetitivos, etc. pueden ser síntomas de la enfermedad celiaca. En este sentido, existe un nuevo protocolo de diagnóstico aprobado por el Ministerio que tiene en cuenta los síntomas ante los que se deben realizar las pruebas pertinentes".

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