Un informe revelado por la Agencia de Protección de la Salud (HPA) del Reino Unido señala que el 53% de los niños de tres escuelas londinenses que fueron tratados con Tamiflu como medida preventiva frente a la gripe A (H1N1) sufrieron uno o más efectos secundarios, principalmente náuseas y pesadillas.
El estudio analiza los datos de 103 niños, a 85 de los cuales se les administró este fármaco por profilaxis después de que un compañero contrajera el virus.
De estos 85 niños, 45 experimentaron uno o varios efectos secundarios, sobre todo náuseas. También dolores de estómago, vómitos, calambres y problemas de sueño. Un 18% experimentó también "efectos secundarios neuropsiquiátrico", como mala concentración, incapacidad para pensar con claridad, insomnio, mareos, confusión o pesadillas. El estudio fue realizado antes de que el Gobierno británico decidiera suspender el uso preventivo del Tamiflu frente a la gripe A.
Consultada por EL PAÍS digital, la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, señaló que están "perfectamente al tanto de los efectos secundarios que tiene el Tamiflu, y los médicos también. Por esa razón muchos pediatras decidieron no recetar el medicamento y tratar la gripe en el hogar y con otras medidas".
Por su parte el especialista del ministerio en epidemiología, Eduardo Savio, expresó a este medio que "una cosa es el uso preventivo y otra cosa es el uso en un paciente enfermo".
Según Savio, "en el caso de un paciente enfermo ni se discute el tratamiento con Tamiflu y eso hay que dejarlo claro porque sino se estaría haciendo énfasis en algo que va en contra del procedimiento que hay que llevar adelante con quienes contrajeron el virus".
Además, manifestó que desde hace 4 años se conocen los efectos secundarios del Tamiflu cuando se comenzó a utilizar para combatir la influenza aviar en el continente asiático.
Como prevención "se podrá o no usar pero no se puede dejar de tomar en cuenta que esos efectos colaterales no se van a presentar en todas las personas" a las que les sea suministrado el medicamento, señaló.
"Es cierto que hay cambios de comportamiento transitorios, sobretodo en adolescentes y que nunca se vieron en adultos, pero que no impide en absoluto el uso del fármaco", afirmó Savio.
El País Digital
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