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miércoles, 26 de agosto de 2009

Los precios 'por los suelos' animan las rebajas



En los escaparates, recargados carteles con jugosos precios que se pueden pagar con un billete de cinco euros. Dentro de las tiendas, en cambio, ropa de invierno y esas pesadas chaquetas que contrastan con las ya habituales olas de calor de este verano. Y para encontrar algo de las bautizadas como "las rebajas del siglo" hay que buscar entre montones de ropa apilada en lo que queda de una campaña de verano que da sus últimos coletazos antes de que finalice el fin de semana. "No se ha notado la crisis, aquí ha venido gente como cada año", explica una responsable de un local de la cadena Inditex.
Por lo menos, la impresión que dan las multinacionales de moda económica es la de haber acabado rebajas. Desde mediados de agosto se han apuntado al carro de llenar sus locales con ropa de invierno como en los años en los que el consumo era más alegre. Incluso algunos de sus dependientes responden con extrañeza a la pregunta de si el panorama ha cambiado. Ni la crisis puede hacerle sombra a las camisetas de diseño por cinco euros.
Pero en el comercio minorista, en las tiendas que pueden tener marcas de todo tipo y no pertenecen a los imperios de la moda low cost, la situación es más puntillosa. Es en estas tiendas donde las rebajas han sido más decisivas, jugando a los descuentos del 70% desde el 1 de julio. "Tenemos aún muchos productos rebajados; hemos vendido bien, pero porque algunos precios han estado por los suelos", explican en una tienda de la calle Verdi, en el barrio de Gràcia, donde la mayoría de ropa es de diseño propio. Este verano, sus clientes han podido comprar a unos inusuales precios más cercanos a Zara que a lo que acostumbran.
Pero, ¿ha sido una campaña exitosa? Para los vendedores sí. Al menos eso manifiestan desde la Confederació de Comerç de Catalunya, que estiman la caída de ventas en un 5%, la mitad de sus previsiones. Las prendas vendidas, según la organización, son prácticamente las mismas que en las rebajas del año pasado, pero a un precio muy inferior. Otra historia será la satisfacción del cliente, que puede ver anuncios de importantes descuentos en las puertas y luego encontrarse los precios de toda la vida para buena parte de la ropa.
Donde sí ha habido rebajas muy claras ha sido en el calzado. "Hemos vendido mucho, pero dejando las primeras marcas a 40 euros, algo que nunca se había visto", afirman desde una zapatería de la calle Pelai. La fuerte competencia les ha llevado a recortar notablemente el precio. No en vano, en el escaparate del vecino tienen las mismas zapatillas. Y a esos mismos 40 euros.

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