La aproximación de la masiva peregrinación de musulmanes a la Meca y la multiplicación de casos de gripe A en Arabia Saudí han desatado una auténtica psicosis en Oriente Próximo, tras la muerte de varias personas que habían visitado recientemente la ciudad sagrada.
El denominado Hajj comenzará el 19 de noviembre y el año pasado concitó la presencia de 2,4 millones de personas en un escenario reducido, proclive a las aglomeraciones. Los musulmanes también suelen viajar hasta la Meca el resto del año -especialmente durante el mes de Ramadán que se inicia el próximo día 21-, en un desplazamiento de menor importancia religiosa conocido como Umrah.
El temor se disparó en julio cuando Egipto admitió el fallecimiento a causa de la enfermedad de una mujer que venía de realizar la Umrah, en lo que constituía el primer caso mortal que se registraba en el mundo árabe por esta dolencia. El único muerto de los territorios palestinos enfermó también tras regresar de la Meca. Además, Arabia Saudí es hasta ahora el país de la zona que más víctimas mortales ha dejado la epidemia.
Desde hace semanas los medios de comunicación regionales se han llenado de caracteres a toda plana donde se especula sobre los peligros que entrañan este año las dos significativas citas. "Se teme una epidemia de gripe porcina entre los peregrinos de la Meca", titulaba el diario 'Gulf News' de Emiratos Árabes Unidos.
La controversia se acrecentó cuando el reputado periódico 'Al-Quds Al-Arabi' llegó a exigir que se suspenda el ritual. "Meca recibe a millones de peregrinos, hombro con hombro. Si uno porta el virus lo puede contagiar a decenas de miles", escribió recientemente el matutino.
Tal hipótesis constituye un elemento especialmente enrevesado para la comunidad musulmana por el simbolismo que concita el Hajj —que los musulmanes deben realizar al menos una vez en su vida—, lo que ha promovido un dinámico debate religioso sobre la pertinencia o no de tal medida.
Advertencias de los clérigos
El clérigo más influyente de la comunidad chiíta musulmana del Líbano, el gran ayatolá Mohammad Hussein Fadlalah, fue el primero en emitir una fatua (edicto religioso) en tal sentido recomendando que las personas en riesgo eviten realizar el desplazamiento este año pero negando la posibilidad de que el peregrinaje se cancele ya que "es un derecho divino".
"La sharia (ley islámica) está dirigida a salvaguardar las vidas humanas de todo daño. Si hay una opinión médica de especialistas que indica que el Hajj supone una amenaza para esos grupos, la ley islámica tiene que prohibirlo", le secundó Abdul Salam al-Abbadi, otro reputado clérigo de Yeddah.
La polémica ha obligado a pronunciarse a los ministerios de Salud de la región, cuyos titulares organizaron una reunión de emergencia en julio en la que se decidió limitar el acceso tanto al Hajj como a la Umrah de lo que denominaron "grupos vulnerables" (embarazadas, niños y ancianos enfermos). "Ambas citas continuarán pero con condiciones", indicó Ibrahim al Kerdani, portavoz en El Cairo de la Organización Mundial de la Salud.
Acopio de vacunas
El titular de ese departamento en Arabia Saudí, Abdullah Al Rabeea, anunció también en esa fecha que su país ha "acumulado suficiente cantidad de vacunas como para contener la expansión" de la enfermedad tanto entre los peregrinos como los residentes de la Meca.
"Tenemos cuatro millones de dosis. No es fácil obtener esa vacuna porque hay una gran competencia internacional pero se nos ha otorgado un gran porcentaje de las existencias por la importancia del Hajj y el Umrah", precisó Al Rabeea.
Sin embargo, la alerta ha propiciado una reacción contundente de los gobiernos de Irán e Irak, que han prohibido a sus ciudadanos que acudan este año a la Umrah y han fijado unas estrictas restricciones para el Hajj, una fecha en la que no dejarán participar a los mayores de 65 años, menores de 10 y enfermos crónicos. Omán ya había dictado una medida similar en julio.
Para los saudíes también son determinantes los condicionamientos financieros, toda vez que la industria que se mueve en torno al Hajj (hoteles, restaurantes, etc) genera cada año 7.000 millones de dólares, una fuente de ingresos que podría verse mermada este año por el aumento de las cancelaciones que ya ha propiciado la aprensión generada por la epidemia.
El denominado Hajj comenzará el 19 de noviembre y el año pasado concitó la presencia de 2,4 millones de personas en un escenario reducido, proclive a las aglomeraciones. Los musulmanes también suelen viajar hasta la Meca el resto del año -especialmente durante el mes de Ramadán que se inicia el próximo día 21-, en un desplazamiento de menor importancia religiosa conocido como Umrah.
El temor se disparó en julio cuando Egipto admitió el fallecimiento a causa de la enfermedad de una mujer que venía de realizar la Umrah, en lo que constituía el primer caso mortal que se registraba en el mundo árabe por esta dolencia. El único muerto de los territorios palestinos enfermó también tras regresar de la Meca. Además, Arabia Saudí es hasta ahora el país de la zona que más víctimas mortales ha dejado la epidemia.
Desde hace semanas los medios de comunicación regionales se han llenado de caracteres a toda plana donde se especula sobre los peligros que entrañan este año las dos significativas citas. "Se teme una epidemia de gripe porcina entre los peregrinos de la Meca", titulaba el diario 'Gulf News' de Emiratos Árabes Unidos.
La controversia se acrecentó cuando el reputado periódico 'Al-Quds Al-Arabi' llegó a exigir que se suspenda el ritual. "Meca recibe a millones de peregrinos, hombro con hombro. Si uno porta el virus lo puede contagiar a decenas de miles", escribió recientemente el matutino.
Tal hipótesis constituye un elemento especialmente enrevesado para la comunidad musulmana por el simbolismo que concita el Hajj —que los musulmanes deben realizar al menos una vez en su vida—, lo que ha promovido un dinámico debate religioso sobre la pertinencia o no de tal medida.
Advertencias de los clérigos
El clérigo más influyente de la comunidad chiíta musulmana del Líbano, el gran ayatolá Mohammad Hussein Fadlalah, fue el primero en emitir una fatua (edicto religioso) en tal sentido recomendando que las personas en riesgo eviten realizar el desplazamiento este año pero negando la posibilidad de que el peregrinaje se cancele ya que "es un derecho divino".
"La sharia (ley islámica) está dirigida a salvaguardar las vidas humanas de todo daño. Si hay una opinión médica de especialistas que indica que el Hajj supone una amenaza para esos grupos, la ley islámica tiene que prohibirlo", le secundó Abdul Salam al-Abbadi, otro reputado clérigo de Yeddah.
La polémica ha obligado a pronunciarse a los ministerios de Salud de la región, cuyos titulares organizaron una reunión de emergencia en julio en la que se decidió limitar el acceso tanto al Hajj como a la Umrah de lo que denominaron "grupos vulnerables" (embarazadas, niños y ancianos enfermos). "Ambas citas continuarán pero con condiciones", indicó Ibrahim al Kerdani, portavoz en El Cairo de la Organización Mundial de la Salud.
Acopio de vacunas
El titular de ese departamento en Arabia Saudí, Abdullah Al Rabeea, anunció también en esa fecha que su país ha "acumulado suficiente cantidad de vacunas como para contener la expansión" de la enfermedad tanto entre los peregrinos como los residentes de la Meca.
"Tenemos cuatro millones de dosis. No es fácil obtener esa vacuna porque hay una gran competencia internacional pero se nos ha otorgado un gran porcentaje de las existencias por la importancia del Hajj y el Umrah", precisó Al Rabeea.
Sin embargo, la alerta ha propiciado una reacción contundente de los gobiernos de Irán e Irak, que han prohibido a sus ciudadanos que acudan este año a la Umrah y han fijado unas estrictas restricciones para el Hajj, una fecha en la que no dejarán participar a los mayores de 65 años, menores de 10 y enfermos crónicos. Omán ya había dictado una medida similar en julio.
Para los saudíes también son determinantes los condicionamientos financieros, toda vez que la industria que se mueve en torno al Hajj (hoteles, restaurantes, etc) genera cada año 7.000 millones de dólares, una fuente de ingresos que podría verse mermada este año por el aumento de las cancelaciones que ya ha propiciado la aprensión generada por la epidemia.
EM-E
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