"Profesional". Dos delincuentes armados robaron el dinero de las cajas
"Al que haga un movimiento raro lo limpio", dijo uno de los asaltantes mientras apuntaba a cajeras y a unos 20 usuarios del sanatorio Impasa que hacían cola para pasar por las cajas.
Eran las 15.20 horas y los dos delincuentes habían ingresado por la puerta principal del edificio ubicado en Luis Alberto de Herrera y Pablo Purriel, en La Blanqueada. Fueron directo hacia las cajas principales. Luego de sacar las armas y reducir a cuatro cajeras, a una la encañonaron en la cabeza, pasaron al otro lado y tomaron todo el dinero. "Dale, metele que se va el tiempo", apuraba el delincuente que quedó afuera de las cajas al que guardaba el efectivo.
Después salieron caminando sin llamar la atención, por la misma puerta que habían ingresado y según testigos se fueron en una moto.
Salvo los que estaban en el sector de las cajas nadie se dio cuenta en primera instancia.
El asalto duró menos de diez minutos. Una cajera alcanzó a tocar el botón de pánico y varios móviles de la Seccional 9a y de la Dirección de Investigaciones llegaron al lugar. Una recorrida de los móviles no pudo dar con los dos asaltantes aunque hay algunos testigos que hablan de un tercero que esperó en la puerta del local.
Los policías y personal de seguridad de la mutualista también buscaron en los diferentes pisos del sanatorio para descartar que alguno de los rapiñeros aún se hallara dentro. Ahora los policías investigan los videos de las cámaras de seguridad donde los delincuentes, mayores de edad, quedaron registrados.
En tanto efectivos de Policía Técnica desplegaron su labor para establecer si en la escena del robo se puede encontrar alguna huella o indicios que lleve a identificar a los delincuentes.
"Las cámaras los registraron y ahora las filmaciones están en poder de la Policía. Los rapiñeros actuaron con gorros de lana metidos hasta los ojos, lo que podría dificultar su identificación", indicó a El País, el jefe de seguridad de Impasa, Dalí Tironi. Tironi -que fue comisario de una seccional montevideana- indicó que el monto de lo que se llevaron no esta establecido aún aunque extraoficialmente se hablaba de una cifra que superó los $ 100.000.
"Fue a una hora donde hay mucha gente, utilizaron una violencia verbal y por la propia situación pero hay que destacar que por suerte nadie salió herido", comentó Tironi.
BIEN PLANEADO. "Fue horrible el momento que pasamos", se limitó a decir una de las empleadas del sector que fue asaltado. Para los investigadores es evidente que los asaltantes tenían estudiados los movimiento del local, el lugar de las cajas y también que éstas no cuentan con guardia, sino con barreras físicas en cuanto a la seguridad de ese sector.
Las cajeras dicen que sintieron un fuerte golpe que el delincuente dio para abrir la puerta de acceso a las cajas, que por disposición del Departamento de Seguridad de la empresa deben estar siempre trancadas con llave. Sin embargo uno de los rapiñeros habría aprovechado que una empleada salió y dejó la puerta sin llave. Contrariamente a lo que puede pensarse, el intenso trajinar de personas jugó a favor de los rapiñeros que se confundieron entre la gente al salir del local.
Algunas personas que se dieron cuenta se refugiaron en los baños, en planta baja o salieron hacia afuera del local. "Ninguno de los que estábamos afuera notó nada raro. Yo me di cuenta cuando empezó a venir mucha gente, toda a la vez que pedían un taxi. ¿Qué pasa?, pregunté y me dijeron que estaban robando. Miré y no se veía nada anormal, la misma entrada y salida de gente de siempre. Se ve que se fueron muy tranquilos. Recién empezó el revuelo cuando llegaron los patrulleros", comentó a El País, el encargado de la parada de taxis ubicada en la puerta de la mutualista.
"Al que haga un movimiento raro lo limpio", dijo uno de los asaltantes mientras apuntaba a cajeras y a unos 20 usuarios del sanatorio Impasa que hacían cola para pasar por las cajas.
Eran las 15.20 horas y los dos delincuentes habían ingresado por la puerta principal del edificio ubicado en Luis Alberto de Herrera y Pablo Purriel, en La Blanqueada. Fueron directo hacia las cajas principales. Luego de sacar las armas y reducir a cuatro cajeras, a una la encañonaron en la cabeza, pasaron al otro lado y tomaron todo el dinero. "Dale, metele que se va el tiempo", apuraba el delincuente que quedó afuera de las cajas al que guardaba el efectivo.
Después salieron caminando sin llamar la atención, por la misma puerta que habían ingresado y según testigos se fueron en una moto.
Salvo los que estaban en el sector de las cajas nadie se dio cuenta en primera instancia.
El asalto duró menos de diez minutos. Una cajera alcanzó a tocar el botón de pánico y varios móviles de la Seccional 9a y de la Dirección de Investigaciones llegaron al lugar. Una recorrida de los móviles no pudo dar con los dos asaltantes aunque hay algunos testigos que hablan de un tercero que esperó en la puerta del local.
Los policías y personal de seguridad de la mutualista también buscaron en los diferentes pisos del sanatorio para descartar que alguno de los rapiñeros aún se hallara dentro. Ahora los policías investigan los videos de las cámaras de seguridad donde los delincuentes, mayores de edad, quedaron registrados.
En tanto efectivos de Policía Técnica desplegaron su labor para establecer si en la escena del robo se puede encontrar alguna huella o indicios que lleve a identificar a los delincuentes.
"Las cámaras los registraron y ahora las filmaciones están en poder de la Policía. Los rapiñeros actuaron con gorros de lana metidos hasta los ojos, lo que podría dificultar su identificación", indicó a El País, el jefe de seguridad de Impasa, Dalí Tironi. Tironi -que fue comisario de una seccional montevideana- indicó que el monto de lo que se llevaron no esta establecido aún aunque extraoficialmente se hablaba de una cifra que superó los $ 100.000.
"Fue a una hora donde hay mucha gente, utilizaron una violencia verbal y por la propia situación pero hay que destacar que por suerte nadie salió herido", comentó Tironi.
BIEN PLANEADO. "Fue horrible el momento que pasamos", se limitó a decir una de las empleadas del sector que fue asaltado. Para los investigadores es evidente que los asaltantes tenían estudiados los movimiento del local, el lugar de las cajas y también que éstas no cuentan con guardia, sino con barreras físicas en cuanto a la seguridad de ese sector.
Las cajeras dicen que sintieron un fuerte golpe que el delincuente dio para abrir la puerta de acceso a las cajas, que por disposición del Departamento de Seguridad de la empresa deben estar siempre trancadas con llave. Sin embargo uno de los rapiñeros habría aprovechado que una empleada salió y dejó la puerta sin llave. Contrariamente a lo que puede pensarse, el intenso trajinar de personas jugó a favor de los rapiñeros que se confundieron entre la gente al salir del local.
Algunas personas que se dieron cuenta se refugiaron en los baños, en planta baja o salieron hacia afuera del local. "Ninguno de los que estábamos afuera notó nada raro. Yo me di cuenta cuando empezó a venir mucha gente, toda a la vez que pedían un taxi. ¿Qué pasa?, pregunté y me dijeron que estaban robando. Miré y no se veía nada anormal, la misma entrada y salida de gente de siempre. Se ve que se fueron muy tranquilos. Recién empezó el revuelo cuando llegaron los patrulleros", comentó a El País, el encargado de la parada de taxis ubicada en la puerta de la mutualista.
EP-U
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