Un paseo por la Plaza Mayor a mediados de agosto traslada al viajero
la clásica estampa de una ciudad turística: terrazas en las que se
escucha más inglés, alemán o italiano que castellano,transeúntes
arrastrando maletas y parejas de jóvenes que, mapa en mano, buscan un
lugar en el que refugiarse del intenso sol de mediodía. Sin embargo, a
medida que uno se aleja del kilómetro 0 del turismo nacional, los
viajeros desaparecen y emerge una realidad que casa mejor con la que
dejan entrever las estadísticas: la crisis del turismo internacional ha
llegado a Madrid. Y lo ha hecho para quedarse.
La región recibió en julio un 10,7% menos de turistas que el año
anterior, frente al incremento del 2,9% en el resto de España. En junio,
la tónica fue similar y, la caída del 12% en la llegada de turistas a
Madrid contrastaba con el aumento del 5,3% de la media nacional, según
datos del Instituto de Estudios Turísticos (IET).
En lo que va de año los datos son igualmente esclarecedores: Madrid
recibió algo menos de 2 millones y medio de visitantes internacionales
entre enero y julio, un 5,7% menos que en el mismo período de 2012.
Mientras, el total de turistas que llegaban a España subía un 3,9%.
¿A qué se debe este declive del turismo internacional en Madrid?
Las explicaciones oficiales se reducen a dos: el desplome del mercado italiano, que hasta 2012 ocupaba el segundo puesto y que en el primer semestre del 2013 ha descendido un 33,5% y el nulo efecto del trasvase de turistas de Túnez, Turquía o Egipto a España, que está beneficiando a destinos de la costa mediterránea española, vinculados con el turismo de sol y playa y de cruceros, y que no tiene reflejo sobre Madrid, según Madrid Visitors & Convention Bureau, el organismo municipal encargado de la promoción turística de la capital.
Las explicaciones oficiales se reducen a dos: el desplome del mercado italiano, que hasta 2012 ocupaba el segundo puesto y que en el primer semestre del 2013 ha descendido un 33,5% y el nulo efecto del trasvase de turistas de Túnez, Turquía o Egipto a España, que está beneficiando a destinos de la costa mediterránea española, vinculados con el turismo de sol y playa y de cruceros, y que no tiene reflejo sobre Madrid, según Madrid Visitors & Convention Bureau, el organismo municipal encargado de la promoción turística de la capital.
“Oficialmente se maquillan las cifras con las del resto de España,
que sí son positivas, pero la realidad es otra bien diferente”, señala,
visiblemente enfadado, un empresario del sector hostelero. Él, como las
principales organizaciones de empresarios de sectores en relación
directa con el turismo dibuja un duro diagnóstico y lanza un aviso
claro: o las instituciones atienden a las necesidades del sector o el
turismo tendrá, a medio plazo, un peso residual en la economía
madrileña.
La primera causa identificada por los empresarios es la “brutal”
caída del tráfico del aeropuerto de Barajas, provocada por el desplome
en el número de vuelos operados por las compañías de bajo coste. La
caída en el tráfico de pasajeros en el aeropuerto de Barajas ascendió en
julio al 14,4% a lo que hay que sumar descensos similares en los meses
de mayo y junio, tradicionalmente favorables para el turismo en Madrid.
En el caso de las aerolíneas low cost, el hundimiento rozó el
20% interanual, según el IET. Ryanair, la mayor aerolínea de bajo coste
del mundo, trajo en julio un 31,5% menos de viajeros tras cancelar el
pasado verano 11 de sus rutas con origen o destino Madrid. Además, la
irlandesa redujo el número de frecuencias en otras 24 rutas, y retiró 3
de los 14 aviones que operaban en el aeropuerto de Barajas, reorientando
su negocio hacia otros aeropuertos europeos. Su máxima competidora,
Easyjet, cerró en paralelo su base de Madrid y recortó a casi la mitad
su oferta en Barajas.
Ambas aerolíneas y Aceta (la asociación que agrupa a las grandes
compañías aéreas españolas) achacaron su paulatina retirada del
aeródromo madrileño al incremento de las tasas aeroportuarias decidida
por AENA. Según sus cifras, el encarecimiento acumulado en el periodo
2010-2013 fue del 113%. Es decir, las compáñías aéreas tuvieron que
afrontar un incremento de más del 28% año tras año. Con estos costes,
muchos vuelos con origen y destino Madrid han dejado de ser rentables
para las aerolíneas de bajo coste.
De media, las tasas aeroportuarias llegan a suponer hasta un 30% de
los costes de operación de una de estas aerolíneas, según Aceta. Sin
embargo, el impacto de las tasas no se ha limitado a las compañías low cost:
el pasado año el grupo Iberia —Iberia, Iberia Express y Air Nostrum— se
dejó un 21,3% en el número de pasajeros en Madrid y la caída no parece
reversible en el corto plazo.
En términos globales, el aeropuerto de Barajas pasó de ser el cuarto aeródromo europeo en 2010 a ser el séptimo en junio de 2013, según datos de Eurocontrol. Y el impacto de este declive no solo afecta al turismo. Con cerca de 55.000 empleados, entre directos e indirectos, Barajas es el principal centro de trabajo de la ciudad y uno de los motores de la generadores de riqueza para economía madrileña, a la que aporta cerca de 3.000 millones de euros anuales.
En términos globales, el aeropuerto de Barajas pasó de ser el cuarto aeródromo europeo en 2010 a ser el séptimo en junio de 2013, según datos de Eurocontrol. Y el impacto de este declive no solo afecta al turismo. Con cerca de 55.000 empleados, entre directos e indirectos, Barajas es el principal centro de trabajo de la ciudad y uno de los motores de la generadores de riqueza para economía madrileña, a la que aporta cerca de 3.000 millones de euros anuales.
Declive en los rankings
El bache por el que atraviesa el turismo internacional no se
circunscribe, únicamente a la percepción del empresariado o a las
estadísticas públicas. En el Ranking de Ciudades Europeas,
Madrid viene perdiendo, desde 2010, un puesto por año. Desde la
meritoria tercera plaza lograda entre 2007-2010 ha pasado a ocupar el
quinto lugar, por detrás de Berlín, Londres, París o Frankfurt. Esta
clasificación, analiza la evolución de las ciudades europeas, a través
del estudio de cuatro dimensiones clave: economía y mercado laboral,
transporte y comunicaciones —en la que tiene gran peso la actividad
aeroportuaria—, calidad de vida y sociedad del conocimiento. A excepción
de esta última, Madrid ha empeorado su evaluación en todas las
subclasificaciones. Y este ranking, repleto de cifras y de
apariencia fría, sí recoge pequeñas variables que minan la confianza de
los turistas extranjeros en los lugares en los que pasar unos días de
vacaciones.
En el Global Destination Cities Index 2013,
elaborado por la marca de tarjetas de crédito MasterCard, Madrid ni
siquiera figura entre los 20 principales destinos mundiales por número
de pernoctaciones. En esa lista sí están, en cambio, capitales europeas
como Londres, París, Estambul, Barcelona, Milán, Roma, Ámsterdam o
Viena, todas ellas con más de cinco millones de pernoctaciones cada año.
Para encontrar el nombre de Madrid, donde se hospedaron 4,7 millones de
viajeros en 2012 hay que remontarse al vigesimotercer lugar.
El vicepresidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid,
Emilio Villar, no duda en calificar el verano de “devastador" para su
sector. Según Villar, el desplome empezó en septiembre pasado y se ha
agravado en estos meses de verano, en gran medida, por la “criminal”
caída de tráfico de Barajas. Sin embargo, el empresario no circunscribe
la “catastrófica” situación a la debacle aeroportuaria y exige cambios
en el ente de promoción turística de Madrid. En la actualidad, esta
corresponde exclusivamente al Ayuntamiento y a la Comunidad, y el gremio
hotelero reclaman un nuevo marco de promoción de Madrid en el
extranjero, diseñado por ellos mismos —“los que verdaderamente conocen
el sector”, según sus palabras—, como ya ocurre en otras urbes europeas.
El sector solicita que se equipare el menguante presupuesto de
promoción turística de la capital (que este año apenas alcanza los 6
millones de euros) al del resto de autonomías españolas. Para
ejemplificar este desequilibrio, Villar pone en perspectiva esta cifra
con los cerca de 130 millones que invierte el País Vasco, los 20
millones de la Comunidad Valenciana y los 46 que, solo la ciudad de
Barcelona, destina cada año. “Han conseguido que la ciudad desaparezca
del mapa: hoy, el destino Madrid no existe”, concluye.
La patronal hotelera propone un plan de choque a 10 años con una
inversión media de 16 millones de euros por ejercicio en los primeros
años. Todo este dinero iría encaminado a la promoción de Madrid en el
extranjero y, según sus cifras, generaría un retorno de 4,5 euros por
euro invertido sobre el PIB regional, “algo al alcance de muy pocas
industrias”, según Villar. Este estudio, al que ha tenido acceso EL
PAÍS, también prevé un retorno de 1,5 euros por euro invertido para el
sector público, con lo que el gasto inicial se tornaría en una inversión
rentable.
El comercio exige cambios
Los comerciantes madrileños también coinciden en calificar de
“auténtico desastre” el momento que atraviesa el turismo internacional
en Madrid. El presidente de la Confederación del Comercio Especializado
de Madrid, Hilario Alfaro, se suma a la súplica de los hosteleros y
reclama un plan estratégico “serio” que trace la senda a seguir en los
próximos años y añade a su lista de prioridades el fomento de las
conexiones aéreas entre Madrid y China, “dónde se está jugando el
partido del turismo a medio y largo plazo”.
Según sus datos, mientras la salida de ciudadanos chinos al
extranjero crece a un ritmo del 30%, su llegada a Madrid se ha estancado
en poco más de 52.000 visitas al año. Entre las causas que baraja
Alfaro, la escasa conectividad aérea entre las principales ciudades
chinas y Madrid tiene un peso específico. Con menos de 4.250 asientos
mensuales por sentido, España figura a la cola de la lista de países de
la zona euro que lideran Alemania (111.000 asientos) y Francia (80.000
asientos). “Madrid ha de emular a las grandes capitales europeas, que
llevan años apostando por el turismo de los países emergentes y, de
momento, no lo estamos haciendo”, señala el presidente de los
comerciantes.
En este punto, en el de la llegada de turistas de países emergentes,
Alfaro también reclama una flexibilización de los visados para
ciudadanos colombianos, con un altísimo potencial de crecimiento, algo
que ya ha hecho Estados Unidos. La decisión, que corresponde a la Unión
Europea, afecta especialmente a Madrid, “la puerta natural de entrada a
Europa”, según Alfaro.
Para cuadrar el círculo de grandes damnificados por la sequía
turística que atraviesa Madrid, no podía faltar la voz de los hostales,
el nicho que más sufre la ralentización del turismo de bajo coste. Su
presidente, Jesús Martín, añade un factor más: la degradación de la
imagen que proyecta Madrid, una ciudad “en decadencia” que se está
“empobreciendo” con la ausencia de turismo y que ha visto como el 15% de
los hostales cerraban sus puertas en los últimos dos años.
El consenso de los expertos consultados coincide en situar a
Barcelona como la referencia en lo que a promoción turística se refiere,
con un ente único de titularidad público-privada y cuyas líneas
maestras las fijan los empresarios del sector. Los resultados de esta
política hablan por sí solos: según cifras de Premier Tax Free, el 50%
de las compras hechas por los extracomunitarios que visitaron España en
2012 fueron realizadas en Barcelona frente al 34% de Madrid. Según datos
de las emisoras de tarjetas de crédito, los turistas que emplearon este
medio de pago dejaron 2.384 millones en la Ciudad Condal, frente a los
1.052 millones que se quedaron en Madrid.
Si Barcelona 92 cambió la cara de la ciudad, los Juegos de 2020
podrían hacer lo mismo con Madrid. Aún así, empresarios, hoteleros y
comerciantes de la capital, advierten de que, con o sin Juegos, la
ciudad tendrá que recuperar un lugar en el mapa del turismo mundial.
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