Jacques Vergès, uno de los más controvertidos y temidos juristas de
Francia, retratado por el cineasta galo Barbet Schroeder en el
documental 'El abogado del terror', falleció este jueves a los 88 años de edad por una insuficiencia cardiaca.
El polémico y mediático personaje quedará siempre ligado a la defensa de individuos como el criminal de guerra nazi Klaus Barbie; el camboyano Khieu Sampham, cabeza visible del régimen de terror impuesto por el Jemer rojo; o el terrorista venezolado Ilich Ramírez Sámchez, 'Carlos, el Chacal'.
Su clientela, según recuerdan hoy los medios franceses, incluye igualmente a integrantes de la extrema izquierda europea, al expresidente serbio y yugoslavo Slobodan Milósevic o a los terroristas libaneses Georges Ibrahim Abdallah y Anis Naccache.
"Vergès murió de un paro cardíaco alrededor de las 20.00 horas en la sala Voltaire, exactamente en el 'Quai Voltaire' en París, cuando estaba cenando con su familia", ha señalado un comunicado de Pierre-Guillaume Roux Editores, quienes publicaron las memorias del abogado. "Fue un lugar ideal para la última aparición de quien, como Voltaire, cultivó el arte de la rebelión y el cambio permanente".
"Lo que hay que recordar de Vergès es a la vez el talento, la valentía, el compromiso y el sentido de la contradicción. Un abogado no es un mercenario, es un caballero. Y Jacques Vergès era un caballero", dijo de él anoche el expresidente el Consejo Nacional de la Abogacía, Christian Charrière-Bournazel.
A la pregunta "¿Estaría dispuesto a defender a Hitler?" planteada por Schroeder en el documental sobre el jurista, Vergès respondió: "Por supuesto. E incluso a George W. Bush. Estoy dispuesto a defender a todo el mundo (...) a condición de que se declaren culpables".
Su trayectoria vital, casi novelesca, apunta a que pudo haber trabajado en Extremo Oriente para los servicios secretos chinos y para los franceses, durante una etapa de ocho años a principios de los setenta a la que él se refería como sus "grandes vacaciones".
Nacido en 1925 en Tailandia, de madre vietnamita y padre francés, es además autor de una veintena de libros, se enroló en 1941 en las Fuerzas Francesas Libres (FFL) del general De Gaulle, combatió en Argelia, en Marruecos, en Italia y en Francia, y terminó la carrera de Derecho en 1955.
Apodado por sus opositores como "el chino", a Vergès se le conoce también como el creador de la llamada "estrategia de ruptura", en la que en lugar de intentar minimizar los hechos y obtener la indulgencia de los jueces, cuestionaba el sistema judicial y negaba la legitimidad del tribunal.
Padre de dos hijos, fruto de su relación con la militante del Frente de Liberación Nacional (FLN) Djamila Bouhired, a la que según afirmaba él mismo conoció "a la salida de una sala de tortura", el abogado no escapaba de la polémica.
El polémico y mediático personaje quedará siempre ligado a la defensa de individuos como el criminal de guerra nazi Klaus Barbie; el camboyano Khieu Sampham, cabeza visible del régimen de terror impuesto por el Jemer rojo; o el terrorista venezolado Ilich Ramírez Sámchez, 'Carlos, el Chacal'.
Su clientela, según recuerdan hoy los medios franceses, incluye igualmente a integrantes de la extrema izquierda europea, al expresidente serbio y yugoslavo Slobodan Milósevic o a los terroristas libaneses Georges Ibrahim Abdallah y Anis Naccache.
"Vergès murió de un paro cardíaco alrededor de las 20.00 horas en la sala Voltaire, exactamente en el 'Quai Voltaire' en París, cuando estaba cenando con su familia", ha señalado un comunicado de Pierre-Guillaume Roux Editores, quienes publicaron las memorias del abogado. "Fue un lugar ideal para la última aparición de quien, como Voltaire, cultivó el arte de la rebelión y el cambio permanente".
"Lo que hay que recordar de Vergès es a la vez el talento, la valentía, el compromiso y el sentido de la contradicción. Un abogado no es un mercenario, es un caballero. Y Jacques Vergès era un caballero", dijo de él anoche el expresidente el Consejo Nacional de la Abogacía, Christian Charrière-Bournazel.
El abogado que se atrevería a defender a Hitler
De rostro pequeño, redondo, suave e irónico, con gafas redondas y corte fino, este aficionado del cigarro se mantenía cerca, no sólo de los políticos de todo el mundo, sino también de activistas de las sombras y terroristas internacionales.A la pregunta "¿Estaría dispuesto a defender a Hitler?" planteada por Schroeder en el documental sobre el jurista, Vergès respondió: "Por supuesto. E incluso a George W. Bush. Estoy dispuesto a defender a todo el mundo (...) a condición de que se declaren culpables".
Su trayectoria vital, casi novelesca, apunta a que pudo haber trabajado en Extremo Oriente para los servicios secretos chinos y para los franceses, durante una etapa de ocho años a principios de los setenta a la que él se refería como sus "grandes vacaciones".
Nacido en 1925 en Tailandia, de madre vietnamita y padre francés, es además autor de una veintena de libros, se enroló en 1941 en las Fuerzas Francesas Libres (FFL) del general De Gaulle, combatió en Argelia, en Marruecos, en Italia y en Francia, y terminó la carrera de Derecho en 1955.
Apodado por sus opositores como "el chino", a Vergès se le conoce también como el creador de la llamada "estrategia de ruptura", en la que en lugar de intentar minimizar los hechos y obtener la indulgencia de los jueces, cuestionaba el sistema judicial y negaba la legitimidad del tribunal.
Padre de dos hijos, fruto de su relación con la militante del Frente de Liberación Nacional (FLN) Djamila Bouhired, a la que según afirmaba él mismo conoció "a la salida de una sala de tortura", el abogado no escapaba de la polémica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario