El conflicto surgido entre el Gobierno español y las
autoridades de Gibraltar después de que el Peñón lanzara bloques de
hormigón al mar está creciendo en intensidad día a día a pesar de que ambos ejecutivos aseguran querer negociar y acercar posturas.
Y el anuncio de un mayor control fronterizo, el cobro de futuras tasas
de paso o la restricción del espacio aéreo no parecen rebajar la tensión
sino avivarla.
A escasos días de las comparecencias de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y de sus predecesores en el cargo, Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos, por el caso Bárcenas,
el Gobierno que preside Mariano Rajoy parece estar haciendo un especial
esfuerzo por que la actualidad informativa del verano se mantenga así,
centrada exclusivamente en la mencionada polémica con Gibraltar.
Los tres líderes conservadores se sentarán ante el juez esta misma semana. Arenas y Álvarez Cascos lo harán el mismo martes, y Cospedal, el miércoles.
Y sin embargo, el conflicto con el Peñón ha conseguido eclipsar este
asunto casi por completo. Ni los periódicos abren ya con informaciones
acerca de la supuesta contabilidad ilegal del PP, ni los columnistas
opinan sobre los supuestos papeles del extesorero de los conservadores.
Gibraltar lo ha copado todo.
Así quedó de manifiesto el pasado
viernes durante el despacho que mantuvieron Rajoy y el rey en Mallorca.
El presidente del Gobierno se esforzó por dar explicaciones acerca de
las medidas que tomará contra el Peñón, pero no
dijo ni una palabra acerca de la declaración de su mano derecha en el
partido ante el juez que investiga la supuesta trama corrupta que afecta
de lleno a su formación, el PP. Este intento por desviar
atención se percibe, incluso, en la zona en la que se sitúan todos los
focos informativos desde hace ya varias semanas.
Manuel López, delegado de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Astecg), lo tiene claro. Acusa
al Gobierno español de querer desviar la atención y advierte de que la
escalada de tensión entre ambas partes puede afectar a los 10.000
trabajadores que desarrollan su actividad en el Peñón, así como a
las relaciones de vecindad entre españoles y gibraltareños. Unas 30.000
personas cruzan cada día la frontera, por lo que el aumento de los
controles en la misma o el anuncio de la imposición de tasas para entrar
y salir de Gibraltar no parece que vaya a favorecer este flujo que es,
en la mayoría de los casos, por razones comerciales.
Desviar la atención
"Lamento que se provoquen este tipo de conflictos para desviar la atención de otros temas. Se ha manipulado el lanzamiento de bloques de hormigón en aguas de la bahía por parte de Gibraltar, ya que Andalucía ha lanzado muchos más para proteger la fauna marina y de eso no se dice nada" explica Manuel.
Ecologistas
en Acción también ha destacado la utilización de una "práctica habitual
en el litoral peninsular" como arma arrojadiza. "Esto se ha llevado a cabo en distintas zonas de Andalucía para crear arrecifes artificiales que regeneren el fondo marino y los caladeros locales e impedir la pesca de arrastre, que es muy agresiva".
La
ONG ha pedido que "no se use el medio ambiente" como justificación del
conflicto y ha emplazado al Gobierno a que se fije en cuestiones más
urgentes como prohibir la actividad de bunkering -suministrar
combustible libre de impuestos desde buques nodriza anclados en la
Bahía de Algeciras-, negocio en el que el Ministro Arias Cañete tiene
especial interés como antiguo presidente de Petrolífera Ducar S.L.,
empresa que se dedica precisamente a almacenar y distribuir combustible.
"Los bloques no son el detonante real
del conflicto, aunque la forma y el sitio escogidos por las autoridades
de Gibraltar no hayan sido negociados", aseguran en un comunicado.
Los comercios de La Línea, en peligro
La
Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (Apymel) de la Línea de La
Concepción ha pedido desde hace días que se ponga "punto y final" a toda
la tensión porque el conflicto les está perjudicando "notablemente". Ha
recordado que la localidad gaditana "depende en gran medida de Gibraltar, queramos o no".
En el mismo sentido se ha manifestado la alcaldesa de la localidad,
Gemma Araujo. "El presidente de la pequeña y mediana empresa ha señalado
que la facturación ha podido descender entre un 40 y un 50%".
Solamente
la imposición de las tasas supondría grandes pérdidas comerciales.
Aunque el ministro Margallo ha asegurado que esta medida no afectará a
los trabajadores del Peñón, desde la asociación Astecg han lanzado un
comunicado donde aseguran que "esto puede ser más grave que lo ocurrido en 1969 con el cierre de la verja".
Consideran que el conflicto es "una estrategia planificada" por parte
del Gobierno español y aunque opinan que el Ejecutivo gibraltareño no
debería haber tirado los bloques de hormigón, creen que "desde el PP
habrían buscado cualquier otra excusa".
Los pescadores, únicos beneficiados
Sin
embargo, no todo es descontento entre los afectados por la disputa
entre las autoridades españolas y gibraltareñas. El presidente de los
armadores andaluces, Pedro Maza, ha mostrado su apoyo a las medidas
tomadas por Rajoy y Margallo. Considera que los "los arrecifes artificiales se hacen para impedir la pesca".
Ha explicado que "en otros caladeros donde se han colocado arrecifes
artificiales se ha abierto un periodo de consulta con las diferentes
administraciones implicadas, pero en este caso no" e insiste en que la
normativa medioambiental de Gibraltar "se hizo para impedir que los
pescadores españoles pescaran donde siempre han pescado".
A este
respecto Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar ,explicó que no
tenían ningún problema con que los pescadores españoles fueran a faenar
en aguas gibraltareñas, pero sí con "los métodos que se usan para
faenar, pues algunos métodos tradicionales ya están prohibidos en
nuestra legislación, como ya se han prohibido algunos métodos
artesanales también en la legislación españolay europea". "No podemos permitir que hagan ciudadanos de otros países lo que es ilegal y no permitimos hacer en nuestro país" y cree que "una vez que se acoplen uno y otros se acabará el tema".
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