El secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, ha confirmado hoy que ya han muerto más de cien mil personas en Siria desde el comienzo de la guerra civil en marzo de 2011 y que enfrenta a las Fuerzas Armadas leales al régimen de Bachar al Asad, compuestas por las minorías Chií y Alawita, y los rebeldes, oposición democrática laica e islamistas suníes.
En el recuento de víctimas entraron las al menos diez personas que
han muerto al estallar un coche bomba en una plaza de la localidad de
Yarmana, en los suburbios de Damasco, según informaron medios oficiales y
activistas. La agencia estatal de noticias Sana y el independiente
Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicaron que el vehículo estalló
en la plaza Al Suyuf, que en ese momento estaba muy concurrida.
Yarmana, situada a seis kilómetros de Damasco y con una población de
mayoría drusa y cristiana, ha sido escenario frecuente de atentados
desde el inicio de la rebelión en Siria en marzo de 2011. Los heridos,
entre los que se encuentran varios en estado grave, fueron trasladados a
hospitales de Yarmana y Damasco, agregó la agencia Sana.
La explosión causó un incendio en un edificio residencial y grandes
destrozos materiales en la zona. En noviembre pasado, más de una
treintena de personas fallecieron en un doble atentado en Yarmana, del
que el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, responsabilizó a
grupos terroristas, como suele denominar a los rebeldes.
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