Su cabeza se mueve rápida, de un lado para otro, los ojos bien
abiertos, el paso rápido. Camina entre los puestos del mayor mercado de
Ciudad de México, el de Tepito, el lugar donde –según el dicho popular-
todo se compra y vende, excepto la dignidad. Óscar Rafael Concha, de 40
años, conoce bien el barrio en el que nació, uno de los más temidos del DF por su alto índice de criminalidad.
Antes estaba "del otro lado", reconoce, vendía droga y pasó tres años
en la cárcel. "Hace 12 años que no me meto en problemas y ahora protejo
mi barrio", dice orgulloso a ELMUNDO.es.
Óscar es uno de 18 integrantes del primer grupo bien organizado de
autodefensa de Tepito, un equipo formado por ex delincuentes y ex
policías que patrullan por las calles del mercado, radio en la mano como
toda arma. Los primeros van de paisano. Los segundos de negro y con
uniformes policiales aunque sin insignias. Los 'hombres de negro' son
los que tienen experiencia en seguridad y han formado y asesorado a los
civiles. Lo único que tienen en común todos es una credencial que les
identifica. Al mando, el Comandante, Miguel Bárcenas.
"No vamos a ser superhéroes", advierte a sus chicos cada mañana. "Ahí
fuera el 98% es inteligencia y el resto fuerza", añade este ex policía
que lleva cuatro años como 'hombre de negro', es decir, ofreciendo
seguridad informal. Hace más de un año que Bárcenas recibió el encargo
de un líder de los comerciantes de Tepito, Miguel Galán, para diseñar el
grupo, que está plenamente operativo desde hace unos meses. "Teníamos que actuar ante la inoperancia y la corrupción de la policía", explica Galán.
Los comerciantes ya contrataban desde hace años vigilantes pero muchas veces eran esas personas las que les extorsionaban. "Los mismos que te ofrecían proteger tu negocio te robaban si decías que no",
comenta El Comandante. Por eso ahora la intención es que hubiera un
grupo mucho más organizado que disuadiera a los delincuentes y también a
los extorsionadores y que permitiera que los negocios funcionaran
mejor.
Además, Galán pensó que "para que la cuña apriete tiene que ser del
mismo palo" y por eso apostó por la reinserción de vecinos de Tepito que
por sus antecedentes penales no podían encontrar empleo. "Probamos con
dos personas y funcionó porque hablan el mismo lenguaje que los delincuentes", explica el comerciante.
Los resultados no se hicieron esperar. Según dice, en los últimos meses los robos se han reducido drásticamente y también ha disminuido la extorsión a los comerciantes.
Óscar Rafael Concha pone como ejemplo un callejón entre dos importantes
calles del mercado. "Aquí siempre metían a la gente, la amarraban y
hacían lo que querían porque nadie se enteraba pero ahora está
tranquilo".
Rondas diarias
Cada día, el grupo se reúne a las diez de la mañana. Comentan las
novedades, Bárcenas les da algunas instrucciones y salen a la calle. Las
reglas son claras. El Comandante las tiene escritas en un cuaderno para
recordárselas siempre: puntualidad (bajo multa de 50 pesos), nada de
drogas ni de alcohol, nada de cachear o golpear a nadie... El objetivo,
insiste una y otra vez, "es proteger a la ciudadanía" y no hacer nunca nada ilegal. Si ven a alguien sospechoso, lo siguen, y si le ven robar, le detienen y lo entregan a la policía.
Todos están contentos con su trabajo aunque los que llegan de fuera
no ocultan que el barrio es "muy pesado", calificativo que en México
significa de una fuerte violencia latente. Los 'hombres de negro' cobran 7.200 pesos al mes (unos 450 euros) casi lo mismo que un policía municipal. Los civiles 4.800 (unos 300). Todo sale de las aportaciones de los comerciantes.
No llevar armas les deja indefensos en algunas circunstancias. "Nos han encañonado,
nos han amenazado pero entonces... pues hablas con ellos", cuenta
Concha. "Yo les digo mira, yo respeto tu trabajo pero tu respeta el mío,
te pido que no hagas esto aquí porque es la zona que yo protejo y bueno
a veces funciona".
Algunos policías colaboran con ellos pero son los menos. "Les dieron
la orden de no apoyar pero hay de todo", confiesa el Comandante.
Al no portar armas, Bárcenas reconoce que están en inferioridad de
condiciones y no descarta que en el futuro se pudiera pedir autorización
para llevarlas. Pero este tema es más que delicado porque en los
últimos meses, debido a la violencia y la falta de resultados por parte
de las autoridades, se han multiplicado en todo México los grupos de autodefensa poniendo en jaque a muchas autoridades.
Defendidos por los que consideran que son una expresión legítima del
hartazgo ciudadano y criticados por quienes creen que hay peligro de que
todo el mundo se tome la justicia por su mano, estos grupos han proliferado bajo distintos nombres
(autodefensas, policías comunitarias, vecinos vigilantes), tienen
diferente origen (unos son de raíz indígena, otros surgen de colectivos
sociales) y disponen de distinto equipo (algunos tienen armas
rudimentarias o no tienen, otros –dicen las autoridades- están armados
por el narcotráfico). Pero todos son un aviso para el poder que en
algunos estados intenta negociar con ellos.
Miguel Galán ha tenido reuniones con autoridades de la secretaría de
seguridad del DF a quienes ha pedido ayuda y sobre todo que procesen a
todo aquel que comete un delito "en lugar de dejarlo ir". "Si no nos
apoyan estos grupos se multiplicarán", asegura. Y para muestra, un
botón: en Tepito ya hay cuatro equipos como el suyo y hay 90 mercadillos de Ciudad de México que le han transmitido su intención de hacer lo mismo.
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