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miércoles, 20 de marzo de 2013

El Gobierno y el PP nacional dan la espalda a Barberá durante las Fallas

La dirección nacional del PP y el Gobierno de Mariano Rajoy han rehuido por segundo año consecutivo el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Los políticos populares, que en otras épocas se asomaron en busca del calor popular, lo rehúyen en sus horas más bajas. Acuciados por los casos de corrupción, los recortes y las deudas, los políticos se esconden de espacios tan abiertos. Y han dejado sola a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que, en su peor momento político por el escándalo de los contratos de Valencia Summit, ha optado por no soliviantar los ánimos.
El balcón es un punto caliente incómodo, epicentro de las protestas sociales. A su sombra se han manifestado estas fiestas los funcionarios municipales, el colectivo Intifalla, identificables por su pancarta de sobres, los dependientes, los autónomos y los trabajadores de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) a causa del ERE. Los políticos han convertido esta atalaya en símbolo de poder y a él acude hoy la gente a protestar por su gestión.
El Consistorio giró invitaciones a las principales instituciones del Estado. Pero nadie respondió desde Génova, sede nacional del PP. Mariano Rajoy no ha puesto un pie en el balcón desde que es presidente del Gobierno. La última vez que se dejó caer corrían las Fallas de 2011 y Rajoy, candidato in pectore a la Moncloa, recibió tantos aplausos como abucheos. Llevaba cinco años pisando un balcón al que no ha regresado.
En 2010, la vicepresidenta del Gobierno, la socialista María Teresa Fernández de la Vega, soportó en el balcón una pitada sin altavoces ni música potente que lo disimulase. Las visitas se gestionan con discreción y el espacio bajo el balcón se ha vaciado además de gente por el perímetro de seguridad para la mascletà. Una vez terminada la disparà, el público rellena este espacio y llegan las protestas. Los altavoces han continuado sonando a todo volumen antes y después de los disparos para aplacar los gritos de las protestas. Barberá tampoco se ha dejado ver a pie de calle y políticos del Consell han evitado la ruta fallera de otros años.
Mariano Rajoy no ha pisado el balcón como presidente del Gobierno
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha repetido varias veces estas fiestas en el balcón, de hecho, ha sido la autoridad con más rango. Él y medio Consell han arropado a la alcaldesa de Valencia, tan acostumbrada en otras épocas a rodearse de presidentes y expresidentes de Gobierno.
La regidora alegó en 2012 que no habría invitados de Madrid en Sant Josep, día grande de la fiesta, porque todos estaban en Cádiz en el 200º aniversario de la Constitución de 1812. Este año no ha habido ni excusas, sencillamente no se ha hablado del tema.
Nadie ha venido del Gobierno español, con la única excepción del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Ni el vicesecretario del PP, el valenciano Esteban González Pons, ni la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz Santamaría, ni la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal han acompañado a Barberá. Por contra, la regidora ha contado con el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, y medio Gobierno valenciano.

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