'Armas para la vida' es el nombre que ha dado el Ministerio del
Interior de Uruguay a la campaña sobre la tenencia responsable de armas,
que plantea canjear armas de fuego por ordenadores personales y
bicicletas.
"En Uruguay existe una gran cantidad de armas de fuego sin registrar
que están en poder de los ciudadanos. Son esas mismas armas las que, en
algún momento y por diversas causas (venta, robo, etc.), pueden
terminar ingresando al mercado ilegal de armamento al que recurren las
personas que delinquen. El objetivo de la campaña es colaborar en la
importante tarea de desarme de la sociedad uruguaya, uno de los
objetivos imprescindibles en el camino hacia una convivencia más
armónica, en la que las diferencias se solucionen a través del diálogo y
la negociación".
Así plantean las autoridades del Ministerio la génesis de la campaña
que propone un intercambio: el ciudadano entrega un arma y recibe otra,
un "arma para la vida". Por este concepto se entiende un arma de conocimiento como son los ordenadores del Plan Ceibal (conocidos en Uruguay como ceibalitas) o una para el esparcimiento, el ejercicio o el trabajo como es la bicicleta.
Esta campaña no es el único instrumento. Funciona haciendo sinergia
con las operaciones policiales permanentes de recuperación de armamento
ilegal y con una campaña paralela de "tenencia responsable" de armas que
se implementará para guiar a aquellas personas que queriendo adquirir o
regularizar un arma de su propiedad, deben cumplir con los requisitos
legales y recibir el entrenamiento adecuado. Para ello
se complementará con acciones informativas centradas en los
procedimientos y formalidades a cumplir conforme a la nueva legislación
que será aprobada en breve por el Parlamento. Todas estas campañas han
sido creadas y producidas por la Unidad de Comunicación del Ministerio
del Interior.
El 63% de los homicidios de Uruguay, un país con poco más de tres
millones y medio de habitantes, se cometen con armas de fuego. En un
territorio donde la violencia crece día a día, uno de cada tres habitantes tiene un arma de fuego,
lo que propone un porcentaje de armas por habitante aún mayor a países
como Colombia o Irak. Son 1.100.000 armas de fuego en poder de la
población, muchas de estas bajo registros legales y un alto porcentaje
obtenidas fuera del sistema.
Eduardo M. habita en el campo y desde que sufrió dos robos en apenas
tres meses se armó él e hizo lo mismo con sus empleados. Decidió que
debía tomar precauciones y compró dos rifles y una pistola de 9 mm,
armas con las cuales responderán a cada intento de hurto sus dos
empleados y él mismo, en caso de ser necesario. Eso ocurre en el
departamento de Florida, al centro del país, donde hace un par de meses
el diputado de izquierda Alvaro Vega entendió en una charla con
productores rurales que estar armado era parte de la nueva realidad del
país, y lo justificó como una medida de seguridad.
Un informe de Aludec –Asociación de Lucha para el Desarme Civil-
sostiene desde agosto de 2012 que "con 1.061.762 hogares particulares y
1.279.741 viviendas particulares y colectivas hay, en promedio, tres
personas habitando por cada hogar. Extrapolando, todos los hogares
uruguayos tienen un arma de fuego".
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