Estados Unidos ha decidido aprovechar el cáncer que padece el presidente venezolano Hugo Chávez para liquidar políticamente en vida con un golpe “blando” al arquitecto de la unidad latinocaribeña. Se trata de desconocer la voluntad expresada el 7 de octubre por 8 millones de venezolanos, que reeligieron a Chávez y optaron por su propuesta política socialista. De crear confusión en el mundo sobre la situación en Venezuela y de dividir a los dirigentes y las filas bolivarianas. De lograr el pretexto para una intervención militar yanqui y apoderarse del petróleo. Por eso la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela ha respondido enérgicamente a los desesperados amagos desestabilizadores de la oposición, que es consciente de su incapacidad para vencer al chavismo en buena lid democrática y siempre termina mostrando su irrefrenable inclinación golpista.
El vicepresidente Nicolás Maduro y otros
funcionarios han explicado con toda precisión las disposiciones
constitucionales que rigen mientras dure la recuperación del presidente y
han subrayado por qué el 10 de enero no es una fecha fatal en que
Chávez esté obligado a juramentarse como presidente, como afirman las
bocinas mediáticas. Han llamado a la movilización popular antigolpista y
rechazando terminantemente la anticonstitucional exigencia del
cabecilla contrarrevolucionario Henrique Capriles para que asuma
interinamente la jefatura transitoria del Ejecutivo el presidente de la
Asamblea Nacional Diosdado Cabello. Sin embargo, la mafia mediática
trabaja a tiempo completo para hacer creer a las audiencias que existe
un vacío de poder que no es llenado porque el liderazgo bolivariano se
conduce fuera de la ley.
La oposición actúa como si Chávez ya
hubiera muerto, como si no hubiera un pueblo dispuesto a todo por
defender su revolución y su líder y unas fuerzas armadas con jefes
patriotas y constitucionalistas. Como si no existiera una dirección
política colectiva unida y cohesionada, hecho comprobado desde antes de
las elecciones del 16 de diciembre y hasta la fecha, periodo en que
Chávez ha estado en Cuba. Precisamente a instancias de Cabello la
mayoría bolivariana de la Asamblea Nacional concedió permiso a Chávez
para dedicar todo el tiempo necesario a su recuperación.
En
correspondencia con Washington la oposición ha ido subiendo su apuesta
subversiva y llamó a un paro “cívico” para hoy, cuyo fracaso es seguro.
Lo que sí veremos hoy en Venezuela es las calles inundadas de pueblo al
grito de Todos somos Chávez y la presencia solidaria de varios líderes
latinoamericanos.
Los pulpos mediáticos mienten sin pausa y
ceden al morbo y la necrofilia como desea el imperio. Todos: CNN,
Televisa y sus homólogas de habla hispana, ABC y El País de
Madrid y sus iguales latinoamericanos de la Sociedad Interamericana de
Prensa siembran cizaña y repiten que el gobierno venezolano no informa
sobre la salud de Chávez.
Sin embargo, resulta inocultable la
clara voluntad política del liderazgo bolivariano de informar con
transparencia sobre la evolución del mandatario. Ella comienza por la
valiente y detallada explicación sobre su estado de salud y eventuales
consecuencias políticas de la nueva operación brindada en cadena
nacional el 8 de diciembre por el propio Chávez. Después han seguido 27
reportes oficiales. Suficientes para que cualquier persona con
instrucción media pueda hacerse una clara idea sobre la salud del
presidente, aunque Chávez sea tan querido y entrañable que millones
quisiéramos conocer su evolución en tiempo real y al detalle.
Sobre la claridad de los partes gubernamentales me limito a citar
parcialmente el emitido en cadena nacional el 3 de enero en ocasión de
haber surgido nuevas incidencias en el periodo postoperatorio del
presidente: “Tras la delicada cirugía del pasado 11 de diciembre, el
Comandante Chávez ha enfrentado complicaciones como consecuencia de una
severa infección pulmonar. Esta infección ha derivado en una
insuficiencia respiratoria que requiere del Comandante Chávez un
estricto cumplimiento del tratamiento médico…El Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela advierte al pueblo venezolano sobre la guerra
psicológica que el entramado mediático trasnacional ha desatado
alrededor de la salud del Jefe del Estado, con el fin último de
desestabilizar a… Venezuela, desconocer la voluntad popular expresada en
las elecciones… del… 7 de octubre y acabar con la Revolución… liderada
por Chávez…”
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