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miércoles, 23 de enero de 2013

De la cuarta división a Wembley

El Bradford City transita a duras penas por la cuarta división del fútbol inglés, donde tan sólo ha sumado un punto en las últimas cuatro jornadas. Son tiempos difíciles para un club que entre 1999 y 2001 se codeaba con los grandes de la Premier. La ciudad (300.000 habitantes, condado de Yorkshire) aún recuerda aquellos partidos en Valley Parade, donde incluso ganaron al Arsenal de Henry y Suker o al Liverpool de Heskey y Owen. Ahora, los hinchas Bantams tienen un nuevo sueño, quizá el mayor en los 110 años de historia del club: la final de la Copa de la Liga.
El próximo 24 de febrero, en el remozado Wembley, jugará el equipo de Phil Parkinson ante el vencedor de la otra semifinal, que mide al Swansea y al Chelsea (0-2 de ventaja para los galeses). Sin embargo, poco parece importar el rival a esta 'cenicienta' que viene de dejar fuera a tres conjuntos de la Premier. Tras el Wigan y el Arsenal, anoche eliminó al Aston Villa, un 'grande' en horas bajísimas.
No pudieron remontar los 'villanos' el 3-1 de la ida, pese a los goles de Christian Benteke y Andreas Weimann, el último a dos minutos del final. Porque al comienzo del segundo tiempo James Hanson se deshizo en un córner del internacional holandés Ron Vlaar para cabecear a la red. El mejor momento en la carrera del espigado delantero, 25 años, un tipo que a diario se gana el sustento apilando estanterías en un centro comercial.
"Esto es una locura, no creo que nadie pueda hacer nunca algo similar", comentaba Parkinson tras el 2-1 bajo la nieve en Villa Park. "Creo que podríamos llenar Wembley sólo con nuestra afición", añadía el técnico, apurando su segunda temporada en el club pese a las ofertas que ya llueven sobre su escritorio. "Ganar quizá sea ir demasiado lejos, pero la final ya es un premio maravilloso". Desde luego, no se puede pedir mucho más a una plantilla cuyo valor de mercado no alcanza los seis millones de euros.

La tragedia y los penaltis

Desde su fundación, en 1903, el Bradford sólo puede presumir de una gesta similar. Fue en 1911, cuando conquistó la FA Cup en Old Trafford, al batir al Newcastle United en el 'replay' (1-0). En el último siglo, las líneas más destacadas de su historia quedaron marcadas por la tragedia. Fue un 11 de mayo de 1985, cuando 56 hinchas murieron y más de 200 resultaron heridos tras un terrible incendio que destruyó por completo una de las tribunas de Valley Parade. Una colilla mal apagada cayó en un montón de basura y las llamas encontraron alimento en los vetustos soportes, entonces de madera.
Así que sirva la heroicidad de estos Bantams como homenaje a las víctimas. Siete batallas en la Copa de la Liga, siempre al límite, con dos eliminatorias superadas en la prórroga (en primera ronda ante el Notts County y en tercera ante el Burton) y otras dos en los penaltis (en octavos ante el Wigan y en cuartos ante el Arsenal). Difícil de olvidar esa última tanda, con Matt Duke, 35 años, como héroe bajo palos. El ex portero del Hull City detuvo el primer lanzamiento a Santi Cazorla. Después Marouane Chamakh y Thomas Vermaelen se toparon con los postes.
Capítulos emotivos en la historia de una de las grandes sorpresas del fútbol reciente. Desde el Rochdale, que perdió la final de 1962 ante el Norwich City, ningún club de cuarta división alcanzaba la última ronda en la Copa de la Liga. De hecho, el último equipo no profesional en conquistar el título fue el Swindon Town, allá por 1969. A un paso se quedó el Cardiff hace 11 meses, en los crueles penaltis ante el Liverpool. Ahora, el Bradford tiene una oportunidad histórica para encender de nuevo la llama del fútbol modesto en Wembley.

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