El Bradford City transita a duras penas por la cuarta división del
fútbol inglés, donde tan sólo ha sumado un punto en las últimas cuatro
jornadas. Son tiempos difíciles para un club que entre 1999 y 2001 se
codeaba con los grandes de la Premier. La ciudad (300.000 habitantes,
condado de Yorkshire) aún recuerda aquellos partidos en Valley Parade,
donde incluso ganaron al Arsenal de Henry y Suker o al Liverpool de
Heskey y Owen. Ahora, los hinchas Bantams tienen un nuevo sueño, quizá
el mayor en los 110 años de historia del club: la final de la Copa de la
Liga.
El próximo 24 de febrero, en el remozado Wembley, jugará el equipo de
Phil Parkinson ante el vencedor de la otra semifinal, que mide al
Swansea y al Chelsea (0-2 de ventaja para los galeses). Sin embargo,
poco parece importar el rival a esta 'cenicienta' que viene de dejar
fuera a tres conjuntos de la Premier. Tras el Wigan y el Arsenal, anoche
eliminó al Aston Villa, un 'grande' en horas bajísimas.
No pudieron remontar los 'villanos' el 3-1 de la ida, pese a los
goles de Christian Benteke y Andreas Weimann, el último a dos minutos
del final. Porque al comienzo del segundo tiempo James Hanson se deshizo
en un córner del internacional holandés Ron Vlaar para cabecear a la
red. El mejor momento en la carrera del espigado delantero, 25 años, un
tipo que a diario se gana el sustento apilando estanterías en un centro
comercial.

La tragedia y los penaltis
Desde su fundación, en 1903, el Bradford sólo puede presumir de una
gesta similar. Fue en 1911, cuando conquistó la FA Cup en Old Trafford,
al batir al Newcastle United en el 'replay' (1-0). En el último siglo,
las líneas más destacadas de su historia quedaron marcadas por la
tragedia. Fue un 11 de mayo de 1985, cuando 56 hinchas murieron y más de
200 resultaron heridos tras un terrible incendio que destruyó por
completo una de las tribunas de Valley Parade. Una colilla mal apagada
cayó en un montón de basura y las llamas encontraron alimento en los
vetustos soportes, entonces de madera.
Así que sirva la heroicidad de estos Bantams como homenaje a las
víctimas. Siete batallas en la Copa de la Liga, siempre al límite, con
dos eliminatorias superadas en la prórroga (en primera ronda ante el
Notts County y en tercera ante el Burton) y otras dos en los penaltis
(en octavos ante el Wigan y en cuartos ante el Arsenal). Difícil de
olvidar esa última tanda, con Matt Duke, 35 años, como héroe bajo palos.
El ex portero del Hull City detuvo el primer lanzamiento a Santi
Cazorla. Después Marouane Chamakh y Thomas Vermaelen se toparon con los
postes.
Capítulos emotivos en la historia de una de las grandes sorpresas del
fútbol reciente. Desde el Rochdale, que perdió la final de 1962 ante el
Norwich City, ningún club de cuarta división alcanzaba la última ronda
en la Copa de la Liga. De hecho, el último equipo no profesional en
conquistar el título fue el Swindon Town, allá por 1969. A un paso se
quedó el Cardiff hace 11 meses, en los crueles penaltis ante el
Liverpool. Ahora, el Bradford tiene una oportunidad histórica para
encender de nuevo la llama del fútbol modesto en Wembley.
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