
Los modelos que usó McCartney son variados: madres e hijas, hermanas gemelas, hombres que se cambiaron de sexo y mujeres antes y después del parto.
Quería incluir todo lo que fuera posible. Incluso buscó durante años a alguien que hubiera sufrido una mutilación genital pero no lo logró.
El artista aseguró que las vulvas y los labios vaginales son como rostros y mucha gente, particularmente las mujeres parecen no saberlo.
También no dudó en aclarar que para muchas mujeres sus genitales son causa de vergüenza en lugar de orgullo. Por eso esta obra intentó balancear la cosa, mostrando que cada uno es diferente y al mismo tiempo normal.
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