La
Habana, 29 dic (PL) El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, acusó a la
Federación de Ganaderos de ese país (Fedegan), de difamar a la guerrilla
"para tapar con un dedo sus propias atrocidades".
En carta publicada por el sitio ANNCOL, el insurgente subrayó que con
el argumento de que las FARC-EP han destruido el campo durante más de
medio siglo, Fedegan rechaza que asuntos como el desarrollo rural y la
tierra sean negociados en los diálogos de paz de esa fuerza insurgente
con el gobierno.
Jiménez respondió así a la negativa de ese
gremio de asistir al foro agrario de desarrollo integral, que sesionó en
Bogotá del 17 al 19 de diciembre, organizado por acuerdo conjunto entre
delegados de la guerrilla y el gabinete de Juan Manuel Santos.
En la misiva, fechada la víspera, el máximo jefe de esa fuerza rebelde
subrayó cómo "no sólo los grandes ganaderos promovieron y financiaron el
paramilitarismo para persistir con su vieja tarea expropiadora".
También, añadió, lo hicieron grandes compañías agrícolas y mineras en
vergonzoso contubernio con la fuerza pública y buena parte de la clase
política.
Su negativa de asistir al foro, expresó el
guerrillero, nada tenía que ver con que los acusaran allí de
paramilitares y asesinos, cuestión que daban por descontada y que los
tenía sin cuidado.
"Se relacionaba más bien con su desacuerdo en
celebrar un evento así, capaz de despertar un sinnúmero de
reclamaciones y aspiraciones sobre el destino del campo, completamente
distintas a lo ya definido por el gobierno".
En opinión de
Jiménez, la carta de Fedegan en la que explica su ausencia, "deja al
descubierto que el gremio está pensando seriamente en reconvertir su
actividad tradicional, amenazada por la lógica neoliberal de los
tratados de libre comercio".
Todo esto, añade, a fin de ponerse a tono con las posibilidades de la creciente demanda mundial de alimentos y biocombustibles.
Sus nuevas banderas son la gran agricultura empresarial de exportación y
la ganadería moderna y sostenible, coincidiendo con el inocuo
estribillo oficial de generar de este modo empleo y bienestar general,
enfatizó el guerrillero.
Para ellos el desarrollo rural, agregó,
no puede significar reparto de tierras destinadas a la proliferación de
nuevos minifundios. Se trata de crear condiciones para que los
campesinos que tercamente aún sobreviven, puedan asociarse libremente
con la gran empresa y obtener conexión con los mercados.
Lo que pretenden ahora es confundir las cosas, dijo Jiménez.
El líder de las FARC-EP reiteró que en la mesa de conversaciones con
los delegados del presidente Juan Manuel Santos, -que tiene como sede
permanente a La Habana-, no les interesa negociar nada.
Nunca
hemos entendido la paz como el producto de un acuerdo de intereses entre
el Gobierno y los guerrilleros, sino como el resultado del diálogo
abierto con todos los sectores de la realidad nacional, acotó.
Creemos, al igual que muchísimos colombianos, que la voz de estos debe
ser escuchada y atendida. La democracia y la paz significan eso, un foro
permanente de discusión sobre el destino del país y la sociedad,
concluyó.
El 20 de diciembre último, el mismo día que el diario
El tiempo publicó la carta de Fedegan, desde La Habana la delegación de
paz de las FARC-EP descaracterizó al presidente de ese gremio, José
Félix Lafaurie, por enturbiar el foro agrario.
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