En palabrás de José Alcamí, uno de los investigadores con más
renombre del país, la investigación es como una historia de amor: uno
sabe cómo comienza pero no cómo acaba. Lo cierto es que el inicio de un
trabajo de científicos del Instituto de Investigación de IrsiCaixa, en
Barcelona, es prometedor. Lo que el tiempo nos dirá es su relevancia y
aplicación para poder encontrar nuevas, y mejores, terapias frente al
virus del sida.
Estos investigadores han conseguido identificar una puerta de entrada
del VIH en las células del sistema inmunológico. Se trata de la segunda
parte de un hallazgo que dieron a conocer el pasado mes de abril,
y con el que demostraban que una proteína presente en el virus era la
responsable, la llave, para que éste penetre en el sistema defensivo.
Sin embargo, faltaba saber cuál era la cerradura, es decir, la molécula
donde se unía esa llave en la célula. Eso es lo que publican ahora en la
resvista 'PLoS Biology', y que promete ser una nueva diana para poder desarrollar fármacos distintos a los que ahora se utilizan.
Cuando un patógeno entra en el cuerpo, las primeras células que lo detectan y lo capturan, son las células dentríticas, las 'centinelas' del cuerpo.
Estas lo desmenuzan en piezas más pequeñas. De esta manera, viajan
hasta el tejido linfático y allí se ponen en contacto con otras células
del sistema defensivo, denominadas linfocitos CD4. Estas células son las
encargadas de generar la respuesta adecuada para, identificar esas
piezas por el organismo, y exterminarlas.
En el caso del VIH, cuando entra en las células dendríticas, estas no
son capaces de desmenuzarlo y el virus se queda aletargado en su
interior, manteniendo su capacidad de infección. La célula se comporta
como un cabayo de Troya, pues liberará el virus una vez esté en contacto
con los linfocitos CD4. En resumen, las dendríticas serían las grandes propagadoras de la infección,
mientras que los CD4 son utilizados por el VIH para replicarse en su
interior, multiplicarse, y exterminar al sistema defensivo.
Los tratamientos actuales se dirigen a eliminar el virus en los CD4.
Pero eso no consigue una curación de la infección porque el VIH se
encuentra escondido en las otras células del sistema defensivo: las
dendríticas.
Lo que han podido identificar los investigadores del 'IrsiCaixa', en
colaboración con otros científicos de la Universidad de Heidelberg, en
Alemania, y de la Universidad de Lausanne, Suiza, es cómo entra el virus
en esas células, es decir, la primera puerta de entrada si descartamos
la barrera de la piel o de las mucosas. Esa cerradura es una proteína, denominada, Siglec-1, que se encuentra en la superficie de las células dendríticas.
Futuras aplicaciones
"No somos los únicos que trabajamos con las células dendríticas, lo
hacemos en competición con otros grupos muy bien financiados. Pero creemos que estamos en el buen camino, que es un hallazgo importante", explica Javier Martínez-Picado, profesor de investigación ICREA y principal autor del estudio.
De la misma forma piensa otro investigador, director del Laboratorio
de Inmunopatología del Sida del Instituto Carlos III de Madrid y
coordinador de la Red de Investigación de Sida, quien señala que este
trabajo "es un avance importante en el conocimiento de la biología y abre el espectro de las moléculas que hacen que el VIH tenga una capacidad de infección mayor.
Porque en el año 2000 se descubrió otra molécula presente en las
células dendríticas, denominada DC-SIGN [según sus siglas en inglés],
que ayuda a éstas a captar el virus y favorece la infección de los
linfocitos. El nuevo trabajo aporta otra proteína, y ahora la siguiente
pregunta es saber cuál es el peso relativo de ellas".
Además, de conocer esa respuesta, otro camino que se abre ahora es
encontrar una molécula capaz de bloquear bien a la proteína presente en
el VIH, la 'llave',
o bien a la de la célula dendrítica, la 'cerradura'. No es algo fácil,
si pensamos que desde el año 2000 se conoce la existencia de DC-SIGN y
todavía no hay ningún fármaco capaz de bloquearla. "Lo ideal sería encontrar un compuesto que bloquee la proteína presente en el virus y no en la célula,
porque si bloqueamos DC-SIGN o Siglec-1, sería algo bueno para el VIH
pero malo para la respuesta inmune en general. No obstante, no es fácil
determinar cuánto tiempo se tardará en encontrar un compuesto".
Martínez-Picado reconoce que, aunque ya tienen identificadas 30
moléculas que bloquean la entrada del virus enlas células dendríticas,
hay que probar cómo funcionan en un modelo de ratón. "Esto es ciencia
muy básica, pero puede abrir vías insospechadas para aplicar en otros campos, como en la inmunoterapia. Pero hay otros grupos que están investigando en este campo y, aunque estamos lejos de desarrollar un medicamento, estamos en ello.
Si no lo conseguimos nosotros, lo harán otros. Cuando se logre, será un
tratamiento diferente a los actuales, probablemente, si se administrara
pronto tras la infección, podríamos contribuir a que fuera curativo.
Además, sería menos probable que se desarrollaran resistencias al
medicamento", concluye este investigador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario