Moscú,
9 nov (PL) Rusia reiteró hoy que las solicitadas garantías jurídicas a
Estados Unidos sobre el emplazamiento del sistema antimisiles (DAM)
cerca de sus fronteras figuran entre las cuestiones pendientes para
avanzar en las negociaciones sobre limitación de los arsenales
nucleares.
El vicecanciller Serguei Riabkov puntualizó que las garantías que
solicita Moscú por escrito no representarán una limitación de las
fuerzas estratégicas estadounidenses, como lo contempló el Tratado de
1972.
Rusia espera todavía de Washington un compromiso jurídico
de que el proyectado escudo para Europa, modernizado por el presidente
Barack Obama en 2009, no representa una amenaza a su seguridad y al
potencial nuclear ruso.
El Ministerio de Defensa y analistas
militares de este país perciben con escepticismo un virtual progreso en
el tema, en razón de que la administración norteamericana no ha dado
visos de que tendrá en cuenta los intereses rusos, en materia de
seguridad y equilibrio armamentista.
Según el viceministro de la
cartera castrense, Anatoli Antonov, Estados Unidos continúa con los
planes de creación de un sistema global antimisiles, en total desprecio a
las preocupaciones rusas.
Queremos un documento que refleje de
manera vinculante la no orientación del sistema norteamericano
antimisiles contra las fuerzas estratégicas nucleares rusas y relacione
el conjunto de criterios técnico-militares, por los cuales podamos
concluir que las obligaciones no se violarán, expuso Riabkov en
declaraciones a la agencia Interfax.
Agregó que no se trata de
una reproducción del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), de
1972, por cuanto este fue construido por el esquema clásico de la
paridad nuclear.
El diplomático advirtió asimismo que la
continuidad de las negociaciones sobre la reducción de los arsenales
nucleares depende en gran medida de muchos factores, e insistió en las
cuestiones poco claras en torno al DAM.
Hemos planteado la
problemática de forma más amplia, toda vez que consideramos que la
condicionalidad para el progreso de las tratativas, contempladas en el
nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start-III), está
latente, afirmó el viceministro ruso de Relaciones Exteriores a la
radioemisora Eco de Moscú.
Reiteró que el escudo y otros
factores relacionados con el proyecto militarista de Estados Unidos
influyen en la estabilidad estratégica internacional, de ahí la
preocupación de Rusia.
Mencionó en ese sentido el potencial que
crea Estados Unidos con el denominado golpe preventivo, de fuerzas
estratégicas dotadas de armamento nuclear, y los planes de emplazar
medios ofensivos en el cosmos.
Sumó otras cuestiones como el
desbalance en los armamentos convencionales y la no ratificación por la
Casa Blanca del tratado sobre prohibición de pruebas nucleares.
El viceprimer ministro Dmitri Rogozin dijo ayer que Moscú no creerá
simplemente en la palabra de Washington, sino que deberá comprometerse
por escrito.
Start-III fue rubricado por los presidentes de
Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvedev, el 8 de abril
de 2010, en Praga.
La Duma rusa (Cámara baja) aprobó el tratado
el 14 de enero de 2011 y lo ratificó el 25 del propio mes, a lo que
siguió el beneplácito del Consejo de la Federación (Senado). |
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