El Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha resignado ante el esperado reconocimiento de Palestina como Estado no miembro de Naciones Unidas, informa hoy el diario Yediot Aharonot.
La petición, que cuenta con la oposición de Israel y
Estados Unidos, será estudiada mañana por la Asamblea General de la ONU
y, aunque Israel había amenazado en el pasado con aplicar represalias,
la respuesta será moderada, según el diario.
El grupo que debe decidir la reacción a lo que Israel considera una
flagrante violación de los acuerdos de paz de Oslo (1993-2000), que
establecían la creación de un Estado palestino en el marco de un ya
fracasado acuerdo con Israel, lo integran los nueve ministros
principales del Gobierno de Netanyahu, que no consigue ponerse de
acuerdo sobre la dureza de la respuesta.
El apoyo que la petición palestina ha recibido en los últimos días de países como Francia, España,
Austria, Portugal y Japón han convencido al primer ministro de no
aplicar sanciones desproporcionadas, indica el diario.Los palestinos
cuentan con un masivo apoyo para su petición, que les permitirá en el
futuro integrarse en las distintas agencias y organismos
internacionales, entre ellas la Corte penal Internacional.
En vista de que la batalla está perdida, según el Yediot, Israel
tratará de restarle importancia a la nueva condición internacional de
los palestinos."No nos quedaremos pasivos ni cruzados de brazos, pero
tampoco es necesario hacer declaraciones (de más). Responderemos de
forma proporcionada en el momento correcto", dijo una alta fuente del
Gobierno al diario.
En ese sentido, en los últimos días los portavoces israelíes declinan
hacer comentarios sobre la votación o sobre sus posibles
consecuencias."No debemos exagerar el significado de la votación en la
ONU. Es cierto que en Ramala habrá fuegos artificiales, pero los
asentamientos se quedarán donde están y el Ejército seguirá actuando
donde ya actúa", agregó la fuente al diario desde el anonimato.
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