Artur Mas mantiene intacta su apuesta por celebrar una consulta de autodeterminación durante esta legislatura, pese al revés electoral.
Pero no la promoverá mientras no tenga un Gobierno estable. Y
estabilidad, en estos momentos, implica tener un Ejecutivo de coalición.
Los apoyos puntuales en el Parlamento autónomo no bastan. Así se lo ha
hecho saber ya Convergència i Unió a Esquerra Republicana
antes de que arranquen las negociaciones formales para formar Gobierno
en Cataluña. La estrategia de los nacionalistas es presionar a Esquerra
Republicana con el argumento de que si finalmente no hay consulta será
porque no han querido entrar en el Ejecutivo. El problema es que ERC
sigue sin estar dispuesta a asumir el desgaste de los nuevos recortes
que ya prepara Artur Mas, y que se acercarán a 4.000 millones en 2013.
La ofensiva de CiU para convencer a ERC se acentuó este martes en
todos los frentes. El dirigente de Convergència y portavoz del Gobierno
catalán, Francesc Homs,
fue el más explícito. Sin citar directamente a los republicanos,
resaltó la “oportunidad histórica” que supone el momento actual para
llevar adelante la consulta y llamó a aparcar viejas rencillas. “Es tan
grande lo que tenemos por delante, es tan mayúsculo, que exige adoptar
actitudes diferentes de las tenidas hasta ahora”, dijo.
Pero las llamadas a ERC no llegaron solo desde el sector más soberanista de Convergència. Incluso Josep Antoni Duran i Lleida,
tradicionalmente en las antípodas de los republicanos, dejó claro que
no habrá consulta soberanista sin Gobierno estable. “No se puede hablar
de consulta o de cualquier otra cuestión si alguien no permite el
gobierno día a día” y no se logra un apoyo estable al futuro Ejecutivo
de CiU. “La consulta puede hacerse dentro de uno, dos, tres o cuatro
años, pero pasado mañana hay que tomar decisiones” y “sin el día a día
no hay nada de lo demás”, insistió.
Los nacionalistas de CiU esperan que este argumento sea suficiente
para que ERC acabe por hacer piña con Artur Mas. Pero los nubarrones son
abundantes, como ya ha podido comprobar el propio Mas en conversaciones
informales con Oriol Junqueras.
Los republicanos piden a CiU que aclaren si el pacto con ERC es
realmente prioritario y si descartan negociar en paralelo con los
socialistas. Y piden un programa social claro.
CiU no oculta que la agenda de recortes no se detendrá. Y que incluso
irá a más. Cataluña todavía no ha aprobado el Presupuesto de 2013, pero
las cuentas incluirán un recorte casi tan grande como la suma de los
realizados en 2011 y 2012. Eso es: 3.942 millones, según los datos que maneja ahora el Gobierno de CiU.
Esta cifra es el doble de la que los nacionalistas admitían hasta la
fecha y se sumará a unos ajustes que ya han dejado anémico el sistema de
protección social catalán.
¿Hay margen para moderar el recorte y sumar a ERC o incluso al PSC?
El margen es “pequeño”, admitió ayer Homs. CiU ha desdeñado hasta ahora
la mayor parte de las propuestas dirigidas a incrementar los ingresos
que le han propuesto tanto socialistas como republicanos. Pero ahora el
entorno de Mas está dispuesto a rectificar. Así, CiU podría recular en
asuntos que tanto le costaron implantar como la tasa de un euro por receta médica o reinstaurar el impuesto de sucesiones.
Ante este panorama, Unió Democràtica insiste en que se mantenga la
vía abierta a un posible acuerdo con el Partit dels Socialistes. No es
que el PSC vaya a exigir menos que ERC, pero los democristianos
entienden que la negociación sería más fácil con los socialistas, más
bregados en el terreno de los pactos. También hay un componente táctico.
“Si ERC se siente la única pareja de baile, alzará el listón hasta
límites inasumibles”, argumentan fuentes de la dirección de Unió.
En conversaciones con dirigentes de CiU, la cúpula del PSC ha dado a
entender que el pacto es imposible si no hay un cambio total en las
políticas de Artur Mas. Y pide que, además de moderar los recortes, se
abandone la vía secesionista, para intentar una reforma federal de la
Constitución. Homs descartó este martes por completo ir por esta vía.
“El mandato de las urnas fue apostar por el derecho a decidir de los
catalanes, no por reformar la Constitución”, dijo antes de resaltar que
lo que pide el PSC es una opción “minoritaria” en Cataluña.
Pero en CiU hay quien ve una línea a explorar con el PSC, partiendo
de la base de que los socialistas no se oponen por completo a que se
celebre una consulta en Cataluña. Lo que piden es que esta sea “legal”.
“Veremos qué recorrido hacen los socialistas”, dijo Homs refiriéndose a
ello. Una opción posible, aunque no fácil, sería apostar por impulsar
una ley catalana de consultas que sorteara las dificultades legales para
preguntar a los ciudadanos. Eso podría ser asumible por el PSC y daría
cierto recorrido a la legislatura catalana.
En cualquier caso, el pacto con el PSC se entrevé más complicado que
con Esquerra Republicana. Y la solución debería llegar antes de un mes.
El plazo para constituir el Parlamento catalán acaba el 24 de diciembre,
pero CiU prefiere no agotarlo si no es imprescindible. Aunque ERC da
por garantizado su apoyo a la investidura de Mas, CiU busca un
compromiso más a largo plazo. Eso sí, el pesimismo domina en amplios
sectores de la federación nacionalista, que temen que la crisis
económica y el pulso por la consulta desemboquen en un escenario
ingobernable. Ni la posibilidad de unas nuevas elecciones anticipadas se
ve descabellada en estos momentos.
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