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martes, 4 de septiembre de 2012

Un problema de impuestos


Cristiano Ronaldo quiere seguir marcando goles en el Real Madrid, al frente del proyecto deportivo de José Mourinho. De hecho, en las últimas semanas ha planteado al club su deseo de prolongar un contrato que finaliza en junio de 2015. Sin embargo, la respuesta inicial de Florentino Pérez parece haberle decepcionado bastante. En esta negativa estriba fundamentalmente la "tristeza" del astro de Madeira, convocado por la selección portuguesa en Obidos, donde este lunes guardó un escrupuloso silencio. Porque en el laberinto del crack no sólo influye el dinero, sino otras razones, más vinculadas con el corazón.

Tras marcar 151 goles en 149 partidos con la camiseta blanca, Cristiano siente que ha llegado el momento de una mejora salarial. Actualmente cobra unos 12 millones netos por curso y su intención es alcanzar los 14 ó 15. Así se lo hizo saber, con la misma franqueza de siempre, al presidente y a José Ángel Sánchez, director general. Los dirigentes blancos entienden los deseos de su jugador franquicia, con una ficha similar a otros astros como Leo Messi, Zlatan Ibrahimovic o Samuel Eto'o. No obstante, a la hora de cuadrar las cuentas, el Madrid se enfrenta al grave problema de la carga fiscal.

Todo tiene que ver con la Ley de impatriados, conocida popularmente como la 'Ley Beckham'. Una norma que reduce al 24 por ciento el tipo de cotización para los salarios superiores a 600.000 euros durante los seis primeros años de contrato. Tras llegar a España en 2009, Cristiano sigue aún bajo ese régimen fiscal, por lo que el Madrid paga a Hacienda 2,4 millones por temporada. Sin embargo, todo cambiaría a partir de 2016. Entonces, el club de Concha Espina debería tributar el 52 por ciento de su ficha, para un montante global de 7,8 millones directos a las arcas del Estado.

La amenaza de este horizonte preocupa a la junta directiva, pero no conviene exagerar. Porque nadie se ha planteado la posibilidad de un traspaso. No hay ninguna oferta sobre la mesa y sobra confianza en la profesionalidad de su máxima estrella, tocado últimamente en lo emocional. De hecho, su relación con Marcelo no parece vivir su mejor momento. Y el premio de la UEFA a Andrés Iniesta tampoco ha caído nada bien en su entorno. Pero tanto José Mourinho como Jorge Mendes, parecen convencidos de una solución satisfactoria para todas las partes. Por si acaso, Florentino se mantiene firme. De momento, ya ha trasladado a sus próximos que "no permitirá que nadie fagocite al Real Madrid".

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