Haren,
nombrado el municipio más atractivo de Holanda en 2012, ha amanecido
como un campo de batalla. La imagen puede resultar tópica, pero sus
18.000 habitantes no daban crédito al salir a la calle este sábado y
verla llena de cascotes de botellas y latas. El mobiliario urbano, y
sobre todo los inmaculados jardines del lugar, han sufrido también el
asalto de las casi 4.000 personas que acudieron el viernes a una falsa fiesta de cumpleaños convocada a través de Facebook.
Merthe, la vecina adolescente que olvidó mencionar en la red social que
se trataba de una cita privada, está destrozada, igual que sus padres.
El saldo definitivo del encontronazo han sido 34 detenidos, 30 heridos y
cargas de la policía antidisturbios hasta las tres de la madrugada.
Vengo de San Martín (antiguas Antillas holandesas) donde sufrimos huracanes. Es como si hubiera pasado uno. Primero fue la calma y luego vino el estallido"
El alcalde de la localidad
La invitación de Merthe, que cumple 16 años, fue contestada al
principio por unas 30.000 personas. Ante la amenaza que podía suponer
semejante avalancha para el pueblo, al norte del país, el ayuntamiento
tomó medidas. La realidad ha superado al alcalde, Rob Bats, que ha
admitido el caos. “Vengo de San Martín (antiguas Antillas holandesas)
donde sufrimos huracanes. Es como si hubiera pasado uno. Primero fue la
calma y luego vino el estallido”, ha dicho, para anunciar una
investigación en busca de responsabilidades. “Era chusma, bien
organizada y lista para pelear”, ha añadido.
Como en otras citas multitudinarias similares, entre los jóvenes que
acudieron a Haren había “un núcleo duro de unos 25, que buscaba pelea”,
según el ayuntamiento. Muchos de los vecinos se preguntan por qué no se
llevó a los falsos invitados al campo de fútbol de la localidad para que
festejaran allí su encuentro fortuito. Para los dueños de la heladería
italiana abierta junto a la calle de Merthe, la pregunta es urgente. Una
nube de borrachos rompió las lunas de su escaparate, vació el contenido
de las vitrinas y lanzó sillas y botellas al suelo. “Hemos trabajado
tantos años para esto, pero abriremos igual. No van a poder con
nosotros”, han asegurado los dueños a primera hora de la mañana. Una
zapatería del centro urbano fue destrozada y el género saqueado. “No
podíamos movernos. Parecía la guerra, con la policía cargando contra
esos vándalos”, declaraba la dueña de un café, que tuvo que encerrarse
con sus clientes para no ser atacados.
“Optamos por actuar con calma y una presencia policial moderada en la
calle. El ambiente era tranquilo hasta que, de repente, un grupo se
lanzó contra los agentes. Parecía un asalto preparado”, según Oscar
Dros, comisario jefe de Groningen, a cuyo término municipal pertenece
Haren. A pesar del susto, los vecinos han decidido no amedrentarse y han
convocado una “operación limpieza” para este fin de semana. Cubos y
recogedores, fregonas y bayetas son los símbolos elegidos para mostrar
su buen ánimo.
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