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sábado, 25 de agosto de 2012

Una barricada rusa para crisis siria


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Moscú, 24 ago (PL) La diplomacia rusa alista hoy barricadas para la próxima confrontación con Occidente en el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU en torno a la crisis siria, mientras su intensidad aumentará con los enfrentamientos en el estado levantino.

Para el próximo jueves, la presidencia francesa ante el referido órgano convocó a una reunión a nivel de ministros del Exterior del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar el asunto sirio, así que todos se atrincheran a su manera, tanto aquí como en Occidente.

Entre mayor y más transparente hacen las potencias occidentales su respaldo a los grupos armados en Siria, más alta se levanta la barricada de la diplomacia rusa a favor de una salida pacífica al mencionado diferendo.

También van en aumento las gestiones en esta capital con diferentes sectores de la sociedad siria, incluida la parte de la oposición que siempre estuvo dispuesta a desarrollar un proceso de transformaciones políticas, interrumpido por la guerra.

En ese caso, se puede mencionar la reciente visita de dirigentes del Consejo Nacional de Siria, una de las mayores organizaciones opositoras, otra de una delegación de casi 10 miembros del gobierno y la más reciente del viceprimer ministro sirio Kadri Jamil.

Moscú recuerda que en las conversaciones se llegó incluso a admitir la posible salida del presidente sirio, Bashar Al Assad, aunque ello siempre sería un asunto a discutir, tras el inicio de un diálogo nacional, pero nunca como condición previa a ese proceso.

Pero en Occidente, en especial, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, hacen caso omiso, incluso de iniciativas lanzadas aquí por dirigentes de la oposición como un plan de cuatro puntos, los cuales coinciden con postulados de un comunicado final, acordado en Ginebra.

El comunicado elaborado en una reunión a nivel de cancilleres en la capital suiza con el consenso de todas las partes, en ningún momento se refería a la renuncia de Al Assad como condición para iniciar un proceso de tránsito en Siria, del cual si se habla en el documento.

Como ocurrió en su momento en Libia, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) interpretó muy a su manera una resolución del CS de la ONU, aprobada, tras la abstención rusa, ahora el mismo comunicado se ve diferente en Moscú y en Washington.

Lo cierto es que, quizás motivado por intereses más bien ligados a la compaña electoral, el presidente estadounidense, Barack Obama, desenterró el pretexto de las armas químicas sirias, cuya existencia se la debe al "pacífico" Israel, que aún ocupa las alturas del Golan.

Pero para Washington, lo importante es buscar palabras que considera puedan ser convincente para justificar una acción bélica contra Damasco o al menos un apoyo abierto a los grupos armados, consideran medios de prensa en esta capital.

El diario Komersant llama la atención sobre el reciente intercambio de conversaciones telefónicas entre Obama, el primer ministro británico, David Cameron, y el mandatario francés, Francois Hollande, para coordinar una "ayuda efectiva" a lo que llaman la oposición.

Pero el rotativo Nezavisimaya Gazeta destaca que del lado de la pretendida oposición siria cada vez son más los luchadores foráneos participantes, muchos provenientes de Arabia Saudita, Túnez, Argelia, Paquistán, Senegal e incluso de Uzbekistán y Chechenia.

Además, la televisión capitalina, con varios equipos de reporteros en Siria, alerta sobre la presencia de mercenarios de naciones occidentales o soldados de fortuna que por cientos penetran por Turquía o El Líbano, sin dar un respiro para pensar en el diálogo.

La salida pacífica es la frase mas empleada por la diplomacia rusa, pero la más difícil de aplicar, en medio de los claros propósitos de Occidente de resolver por la fuerza, indirecta o indirectamente, el diferendo sirio, con la fija obsesión de derrocar Al Assad.

A juzgar por las declaraciones ofrecidas esta jornada por el viceministro ruso del Exterior Guennadi Gatilov, la confrontación diplomática en el Consejo será inevitable, pues Moscú también posee su línea roja: cero intervención militar foránea. En ese mismo sentido esta dirigida una declaración de la Cancillería rusa que acusa a las naciones occidentales de estimular las acciones bélicas de la oposición, en lugar de hacer lo posible por llevar a las partes enfrentadas a iniciar un diálogo.

De hecho, las dos veces que Rusia, junto a China, presentó vetos contra igual número de proyectos de resolución ante el CS fue para evitar cualquier intento de aplicar sanciones contra Damasco y mucho menos permitir una acción bélica en el país levantino.

Moscú envió dos señales: en diciembre del año pasado, cuando realizó maniobras en el Mediterráneo con una escuadra naval encabezada por el portaaviones Kuznetsov, y en las últimas semanas con ejercicios de varios buques de las flotas del Norte, Báltico y Mar Negro.

Además, Rusia aclaró la víspera que pese al conflicto y las sanciones unilaterales aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea, este país mantiene la dinámica económica con Siria, incluida la concesión de créditos y la cooperación en esferas claves.

La Rusia del presidente Vladimir Putin parece estar poco dispuesta a dar riendas sueltas a acciones como las efectuadas por la OTAN en Libia o endosar cualquier teoría mal interpretada que se muestre luego como un consenso de la comunidad internacional para atacar a Siria.

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