El paso por el detector de metales del Centro de Readaptación Social (CRREAD) de Ciudad Juárez se convirtió este viernes en un desfile de modelos. Vestidos de fiesta, muchos de ellos blancos, tacones altos, niños engalanados y presos con traje y corbata que recibían a las visitas en un día especial. Luego, una vez colocadas las 103 parejas en el patio de la cárcel -donde se exhibían las tartas nupciales custodiadas por guardas armados-, el director del registro civil del estado, César Ramírez, procedió a la boda masiva.
México celebra cada año muchas de estas ceremonias y no es la primera vez que se realizan dentro de una prisión pero la del viernes fue una de las más numerosas en el interior de una cárcel.
Hubo música, baile, rifa de electrodomésticos pero lo más importante para las autoridades del centro penitenciario era regularizar la situación de muchos de los presos y poder controlar así un poco mejor las visitas íntimas de la prisión.
El pasado mes de mayo, y con objetivos similares, tuvo lugar un acto parecido en la cárcel de Ecatepec, municipio del Estado de México y casi colindante con la capital del país donde cada año se repiten las bodas masivas como parte de una campaña oficial para regularizar el estado civil de sus vecinos y exonerarles así del pago de las tasas, 1.000 pesos (unos 60 euros). En esa fecha, dentro de la prisión de Ecatepec contrajeron matrimonio 60 presos pero unos días antes habían tenido lugar dos 'macro-bodas' en las que se casaron un total de 1.650 parejas.
En el Distrito Federal también se han registrado bodas masivas pero las más originales tuvieron lugar a primeros de 2010 justo después de que legalizaran el matrimonio entre homosexuales en la capital. La ceremonia atrajo a gays y lesbianas de todo México e incluso del extranjero.
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