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lunes, 27 de agosto de 2012

'Isaac' le agua la fiesta a Romney


Mitt Romney dijo este domingo que la convención republicana "va a ser genial", pero el huracán 'Isaac' ha reducido sus posibilidades de presentarse ante los votantes.

Ya no sólo porque la celebración de su partido sea un día más corta, sino porque los republicanos tendrán que luchar por el tiempo televisivo contra las imágenes de inundaciones y lluvias torrenciales.

El gobernador de Virginia y aliado de Romney, Robert McDonnell, reconoció su inquietud por "tener que competir con un gran evento meteorológico". Hace cuatro años la convención republicana en Minnesota ya empezó un día tarde por otro huracán que estuvo a punto de llegar a Nueva Orleans, pero en este caso es aún peor porque afecta al estado elegido para la reunión republicana. Además, ningún candidato querría parecer poco sensible con Florida, en juego y clave para las elecciones presidenciales.

La ruta del huracán es cambiante, pero se espera que llegue con fuerza de categoría 2 (hasta 177 kilómetros a la hora) a algún punto cerca entre Nueva Orleans y el noroeste de Florida este martes.

El ojo de la tormenta quedará a cientos de kilómetros de Tampa, pero aquí ya llueve torrencialmente desde el domingo y se espera que continúe así al menos otro día más. Miles de delegados, reporteros y manifestantes aún luchan por llegar a la sede de la convención. Sólo en el aeropuerto de Miami se cancelaron 550 vuelos.

Este lunes la convención republicana sólo se inaugurará y después se pedirá un descanso hasta el día siguiente. Los oradores que han seguido con su calendario son, en cambio, algunos de los perdedores en las primarias republicanas. Newt Gingrich ha montado el lunes una serie de conferencias que el llama "universidad". El ex profesor promete "analizar al detalle" los temas de la convención en un hotel cercano. También mantuvieron sus planes Michele Bachmann y Herman Cain, con un mitin conjunto en una iglesia a las afueras de Tampa. Y miles de personas se congregaron durante horas en un pabellón de la Universidad del Sur de Florida para homenajear a Ron Paul, el libertario de 77 años y ex candidato que se jubila ahora también del Congreso.

Allí el ambiente festivo superaba al miedo. "Se está moviendo hacia el Oeste y es uno muy rápido. Pero yo he visto varios y no es para tanto. Deberíamos tener una fiesta de huracán aquí y repartir cócteles entre nosotros. Nos lo pasaríamos bien", proponía Anthony Pristas, un geólogo seguidor de Paul.

Reorganizar la agenda

Los más preocupados eran quienes planeaban quedarse cerca de la bahía de Tampa. Tras recorrer un millar de kilómetros, Don Smith, un mecánico de Carolina del Norte, se había quedado en el barco de un amigo, pero la alerta de 'Isaac' le había dejado en la calle. Aun así, decía que no se perdería "por nada del mundo" estar en el mitin del libertario. "Tenía que estar aquí incluso con el huracán. Así demuestro lo sinceros que somos seguidores de Paul. Somos el pueblo", explicaba el hombre, de unos 50 años.

Los republicanos intentan reorganizar la agenda, pero temen por los discursos de sus estrellas. El nuevo plan es que este martes hablen en horario de máxima audiencia Ann Romney, la mujer del candidato, y Chris Christie, el gobernador de New Jersey. El miércoles se comprime el horario con Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado, Susana Martínez, la gobernadora de Nuevo México, y Paul Ryan, el candidato a la vicepresidencia. El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ya dice que probablemente renunciará a su espacio en el podio por la emergencia en su estado.

La elección de Florida para la convención entrañaba este riesgo. Ésta es exactamente la estación de huracanes en la zona. Este miércoles justo se cumplen siete años del segundo golpe del Katrina, que arrasó Nueva Orleans con una fuerza de categoría 3 (cuando estaba en el mar alcanzó la máxima, 5). Más de 1.800 personas murieron entonces por la tormenta o el caos en la evacuación posterior.

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