El Mercosur ha dado un paso en firme en la crisis política que atraviesa Paraguay tras la destitución de su presidente Fernando Lugo. Y lo han hecho cerrándole las puertas al nuevo Gobierno encabezado por Federico Franco a la Cumbre que se celebrará el próximo viernes en Argentina.
En un comunicado conjunto, Argentina, Brasil y Uruguay, más los países asociados, anunciaron su decisión de "suspender a Paraguay, de forma inmediata y por este acto, del derecho a participar en la XLIII Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del Mercosur". En esa cita los socios adoptarán medidas sobre ese país tras la destitución de Fernando Lugo como presidente.
Antes de hacerse pública esta decisión, Federico Franco, que asumió la Presidencia de Paraguay tras el cese de Lugo, había informado que no asistiría a la reunión alegando que el "ambiente no era propicio".
El que sí pensaba estar presente es precisamente el presidente destituido. Fernando Lugo anunció mas a tarde su intención de ir a la cumbre de Mercosur de los próximos días 28 y 29 en Mendoza (Argentina) en representación de su país. Lugo acudirá a Mendoza, donde su presencia no será oficial sino "testimonial".
"Vamos a estar la próxima semana en el Mercosur", dijo Lugo, usando su habitual plural mayestático, a la prensa congregada a las puertas de su vivienda en el municipio de Lambaré, vecino de Asunción.
Anteriormente, el ex presidente paraguay aseguró que el juicio político al que fue sometido fue un golpe de Estado parlamentario. Lugo acusó a los congresistas de haber "destituido la democracia" de Paraguay y llamó a una "protesta pacífica".
"Aquí no han destituido a Lugo, han destituido la democracia. No han respetado la voluntad popular", declaró el ex mandatario. El ex obispo pronunció estas palabras ante un grupo de 500 simpatizantes que se manifestaban en la calle para protestar por su salida del Gobierno. Lugo animó a sus seguidores a que se manifiesten "pacíficamente" ante los que calificó una "sentencia injusta del Parlamento", aunque aseguró que acepta "el veredicto injusto" por "la paz y por la no violencia".
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