.

.

sábado, 2 de junio de 2012

Contrabando de armas alimenta crisis siria

Imagen activa
Damasco, 2 jun (PL) El contrabando de armas para los grupos armados es hoy uno de los factores que más incide en la crisis siria y por ello afloró como una de las exigencias del presidente Bashar al-Assad al enviado especial de la ONU, Kofi Annan, para alcanzar una solución política.
La situación es denunciada por medios de prensa nacional y extranjera, pues -según criterios- el creciente tráfico ilegal de armamento hacia Siria, apoyado por naciones occidentales y monarquías árabes, crea más obstáculos para un entendimiento.

Aquí se convirtieron en algo habitual los informes de la prensa para revelar la ocupación por las fuerzas de seguridad de pertrechos militares, unos en manos de redes de las bandas armadas, y otros en operaciones realizadas por funcionarios de aduana, en especial en la frontera con Líbano.

La procedencia de las armas, en términos generales, apunta hacia las monarquías del Golfo, Arabia Saudita y Catar, sin dejar de contar los remanentes de Libia, que ahora son trasladadas por diferentes vías a este país, de acuerdo con algunas fuentes.

En días recientes, el canal Rusia Today comentó que el comercio de armas prosperó en el norte del Líbano al amparo de la crisis y de la tensión en algunas zonas libanesas, y reseñó que ese país se convirtió en la principal fuente de provisión y contrabando de pertrechos bélicos a los opositores a Damasco.

Durante su reporte, la televisora rusa citó a un comerciante llamado Shadi, en la ciudad libanesa de Trípoli, diciendo que los opositores de la nación vecina son sus más importantes clientes.

También a Ahmad Obobri, quien se presentó como cabecilla en las milicias que llaman el Ejercito Libre, abordó el asunto reconocimiento que recibe el dinero que les llega de todas partes del exterior para comprar armas y enviarlas de contrabando desde varias regiones a las bandas armadas en la nación vecina.

Asimismo el diario británico The Times trató el problema y señaló el apoyo que brindan Arabia Saudita y Catar a los terroristas a través del suministro de grandes cantidades de dinero, cuyo destino, previsiblemente, es apoyar la compra y contrabando de equipos bélicos, además de pagar sus salarios.

Gran parte de la astronómica cifra de 100 millones de dólares, aprobados por algunas naciones árabes al parecer, van a parar a este floreciente negocio, cuyo objetivo final es desestabilizar al gobierno del presidente al-Assad y causar mas violencia y víctimas entre la población.

Representantes del denominado Ejercito Libre Sirio aseguran que Riad y Doha han ido mucho más allá de sus compromisos, y que ambos trabajan actual y conjuntamente con Washington y sus aliados en la región, para transportar armas que son usadas para "calentar más el ambiente".

Según la publicación británica, los armados, calificados por Damasco de bandas terroristas, recibían los mejores y más sofisticados medios bélicos, incluidos misiles antitanques, mucho antes de que el presidente estadounidense, Barack Obama, diera luz verde a tales acciones.

Pese a afirmaciones del presidente libanés, Michel Suleiman, de que ellos no serán una base militar para sabotear a sus vecinos, son evidentes las dificultades para detener el tráfico de pertrechos dado el nivel alcanzado por el negocio y los intereses políticos involucrados en esta práctica.

Este asunto fue motivo de intercambio entre Annan, durante su reciente visita a este país, y el presidente al-Assad, así como en posteriores visitas al Libano y Jordania.

El mandatario expresó su preocupación porque, según opinó, el éxito del plan del también emisario de la Liga Arabe depende en gran medida del cese de los actos terroristas y de quienes los promueven, así como de detener el tráfico de armas hacia su país. Pero, las perspectivas de detener estas prácticas no son muy alentadoras.

En Estados Unidos, por ejemplo, el candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, llamó a armar a los grupos opositores sirios, algo recurrente entre figuras políticas de esa nación que apuestan por crear condiciones para una intervención extranjera.

Aunque, en contra de recientes declaraciones y las operaciones encubiertas denunciadas por medios periodísticos como The New York Times y Washington Post, la Casa Blanca asegura rechazar esta política, al plantear desconocer acerca de ellos (los armados) y no querer "más militarización de la situación".

La realidad fue reflejada por Annan en conferencia de prensa al término de su estancia en Damasco, cuando aseguró que hace falta voluntad política de las partes para poder alcanzar una solución y resulta evidente que el contrabando de arma tiene un peso fundamental.

No hay comentarios: