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sábado, 21 de abril de 2012

Marine Le Pen, el recurso de la ultraderecha francesa


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París, 20 abr (PL) Con un estilo jovial y un discurso enérgico, la candidata presidencial francesa Marine Le Pen intenta dar una nueva imagen del ultraderechista Frente Nacional (FN), pero su mensaje es aún tan retrógrado como el de su progenitor.

La aspirante es hija del polémico político Jean-Marie Le Pen, fundador del FN y varias veces candidato al Palacio del Elíseo, quien ha sido condenado por la justicia por negar el genocidio nazi y declarar que "las cámaras de gas eran solo un detalle en la historia".

Si bien Marine se ha alejado de su discurso en los temas más controvertidos, mantiene su misma posición antiinmigrante y ultranacionalista.

"Mi padre ha sido sobre todo un agitador de conciencias sobre una serie de problemáticas que afectan plenamente hoy día a Francia y nosotros queremos ser constructivos, es decir, abrir un capítulo en la historia del Frente Nacional que nos lleve al poder", dijo hace poco la candidata.

Marine Le Pen, de 43 años, está graduada de derecho, pero en 1986 abandonó la profesión para proporcionar asesoramiento legal al Frente Nacional, al cual se había afiliado desde los 18 años.

En 2004 fue electa eurodiputada y en 2010 obtuvo el cargo de consejera regional de la región Nord-Pas-de-Calais.

Un año después derrotó a Bruno Gollnisch como aspirante a la presidencia del FN y sustituyó a su padre en ese puesto.

Dentro de su programa para un futuro gobierno figura separar a Francia de la zona euro, regresar al franco y renegociar los tratados europeos.

En el plano interno prevé restablecer la pena de muerte, aplicar el control de las fronteras, frenar la inmigración y reducir las ayudas sociales a los extranjeros.

En un momento en que la crisis golpea y el desempleo alcanza a casi tres millones de personas, la ultraderecha insiste en culpar a los migrantes de los problemas económicos y sociales.

Con esa retórica xenófoba, nacionalista y antieuropea ha logrado captar el apoyo de los sectores más extremistas, pero también de una parte de los jóvenes de entre 18 y los 24 años, los más afectados por el paro y la crisis.

Al inicio de la campaña las encuestas de intención de voto llegaron a situarla en segundo lugar, junto al candidato del Partido Socialista, Francois Hollande, pero paulatinamente ha ido cayendo y hoy algunos sondeos la ubican en el tercer puesto y otros en el cuarto.

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