París, 20 feb (PL) El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, pretendió
borrar los aspectos negativos de su gobierno, durante el primer gran
mitin electoral en Marsella, opinan hoy rivales políticos y
editorialistas de algunos medios.
En el acto de este domingo el mandatario se presentó como "el candidato del pueblo" y aseguró que gracias a sus medidas de austeridad se evitó una catástrofe en el país como consecuencia de la crisis de la deuda pública europea.
Sarkozy arremetió una vez más contra la migración, a la cual señaló de conducir a la bancarrota al sistema social francés.
Nicolas Demorand, del cotidiano Liberation, opina que la tónica de la campaña del presidente será hacer olvidar a la población todos los problemas acumulados en los últimos tiempos, los cuales quedaron sin ninguna respuesta en su mandato.
Durante los cinco años del actual gobierno, el desempleo alcanzó cifras históricas y afectó casi al 10 por ciento de las personas en edad laboral, al mismo tiempo que disminuyó el poder adquisitivo de las familias.
El aumento de los impuestos al consumo, las exoneraciones fiscales a las empresas y la disminución de gravámenes a los grandes capitales mermaron las simpatías por el mandatario entre los sectores medios y bajos de la sociedad francesa.
Jean-Paul Pierot asegura este lunes en Lâ�ÖHumanité que "sería mucho más fácil para el candidato-presidente si tuviese frente a sí a un pueblo sin memoria" y señala que Sarkozy en lugar de ser el gobernante de la acción, lo fue más bien de los accionistas.
Por su parte el candidato del Partido Socialista, François Hollande, calificó el mitin en Marsella de acto de campaña violento y agresivo.
En un gesto considerado como un paso más hacia los votantes de la extrema derecha, Sarkozy se pronunció contra el actual modelo de elección de los diputados y apoyó un sistema de cuotas proporcionales, como demanda el Frente Nacional de Marine le Pen.
Al respecto, el centrista François Bayrou criticó la intención de cambiar las reglas para la elección de diputados a la Asamblea Nacional, cuando faltan menos de tres meses para los comicios legislativos de junio próximo.
En el campo de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), el discurso del presidente fue saludado como una muestra de fuerza y coraje frente a la delincuencia, el desempleo y todos los problemas que afectan al país galo.
La acelerada polarización en el debate entre la UMP y sus principales rivales fue lamentada por el editorialista de La Croix, François Ernenwein, porque, aseguró, solo conduce al empobrecimiento del discurso y la ausencia de propuestas serias.
En el acto de este domingo el mandatario se presentó como "el candidato del pueblo" y aseguró que gracias a sus medidas de austeridad se evitó una catástrofe en el país como consecuencia de la crisis de la deuda pública europea.
Sarkozy arremetió una vez más contra la migración, a la cual señaló de conducir a la bancarrota al sistema social francés.
Nicolas Demorand, del cotidiano Liberation, opina que la tónica de la campaña del presidente será hacer olvidar a la población todos los problemas acumulados en los últimos tiempos, los cuales quedaron sin ninguna respuesta en su mandato.
Durante los cinco años del actual gobierno, el desempleo alcanzó cifras históricas y afectó casi al 10 por ciento de las personas en edad laboral, al mismo tiempo que disminuyó el poder adquisitivo de las familias.
El aumento de los impuestos al consumo, las exoneraciones fiscales a las empresas y la disminución de gravámenes a los grandes capitales mermaron las simpatías por el mandatario entre los sectores medios y bajos de la sociedad francesa.
Jean-Paul Pierot asegura este lunes en Lâ�ÖHumanité que "sería mucho más fácil para el candidato-presidente si tuviese frente a sí a un pueblo sin memoria" y señala que Sarkozy en lugar de ser el gobernante de la acción, lo fue más bien de los accionistas.
Por su parte el candidato del Partido Socialista, François Hollande, calificó el mitin en Marsella de acto de campaña violento y agresivo.
En un gesto considerado como un paso más hacia los votantes de la extrema derecha, Sarkozy se pronunció contra el actual modelo de elección de los diputados y apoyó un sistema de cuotas proporcionales, como demanda el Frente Nacional de Marine le Pen.
Al respecto, el centrista François Bayrou criticó la intención de cambiar las reglas para la elección de diputados a la Asamblea Nacional, cuando faltan menos de tres meses para los comicios legislativos de junio próximo.
En el campo de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), el discurso del presidente fue saludado como una muestra de fuerza y coraje frente a la delincuencia, el desempleo y todos los problemas que afectan al país galo.
La acelerada polarización en el debate entre la UMP y sus principales rivales fue lamentada por el editorialista de La Croix, François Ernenwein, porque, aseguró, solo conduce al empobrecimiento del discurso y la ausencia de propuestas serias.
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