La nueva y "agresiva" reforma laboral llega al Consejo de Ministros en medio de un paro
histórico, con casi 5,3 millones de desempleados, el 22,85% de la
población activa, según el registro del antiguo Inem, y con tendencia a
seguir escalando.
La idea de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, es
"no sea un parche", como hasta ahora, sino que sea "completa y
equilibrada", es decir, beneficiosa para todos y que sirva para crear
empleo, especialmente para los jóvnes. Algo obvio pero que con la
anterior no se perseguía.
Las líneas básicas por dónde se regirá el mercado laboral son:
mejorar la empleabilidad de los desempleados, dar más estabilidad al
empleo, fomentar la formación a lo largo de toda la vida laboral e
introducir una mayor flexibilidad interna en las empresas para que
cuando vengan mal dadas, empresarios y trabajadores puedan adaptarse a
las circunstancias del mercado y los ajustes no se produzcan vía
despidos.
Despidos
No se descarta que el Gobierno decida generalizar el contrato de
fomento del empleo estable de 1997 (33 días por año trabajado de
indemnización por despido improcedente), lo que a la larga supondría la
extinción del actual contrato indefinido de 45 días por año trabajado y,
en la práctica, un recorte de las indemnizaciones por despido. Y la
extinción afectará no sólo a los nuevos contratos, también a los ya
existentes.
Además, hay quien sospecha que ceda ante la patronal e implante el
contrato de 20 días por año trabajado en el caso de despido por causas
objetivas, aunque se redefinirán los motivos, sobre todo, los
económicos.
Contratos
No habrá contrato único pero se quiere acabar con la cuarentena de modalidades de contratos y simplificarlos.
Se apuesta por el contrato a tiempo parcial para jóvenes, pero no en
los 'minijobs', donde no hay derechos. Esto se traducirá en un despido
más barato. A cambio, habrá un periodo de prueba más largo.
Convenios
La reforma contemplará medidas para facilitar a las empresas el
descuelgue de los convenios del sector o territorial y dará prioridad a
los convenios de las compañías. Sólo será necesario el pacto entre la
dirección y los trabajadores, que no tienen por qué estar representados
por los sindicatos.
La idea es crear un marco laboral más flexible que permita que cuando
caiga la actividad, las empresas no recurran al despido, sino ajustar
los contratos a la demanda de ese momento. Por ejemplo, recortando la
jornada laboral y los sueldos.
También se quiere acabar con la ultraactividad, es decir, que cuando
expira un convenio se mantiene en vigor hasta que sea reemplazado por
otro. Para ello se contempla limitarla a 24 meses.
Autónomos
Para favorecer la creación de empresas, se permitirá en el medio
plazo que los jóvenes puedan capitalizar el 100% de la prestación por
desempleo y no el 80% como hasta ahora, si montan un negocio propio.
Expediente de Regulación de Empleo
Se busca agilizar el proceso suprimiendo requisitos previos.
Agencias de colocación
Se impulsará la participación del sector privado en la intermediación
laboral dado el escaso éxito de los servicios públicos de empleo en
esta materia (sólo consiguen colocar al 3% de los parados).
No hay comentarios:
Publicar un comentario