Ilustración: Luigi Benedicto Borges
- Cada domingo desvelaremos algunos de los titulares más desternillantes. Hoy...
- El presidente surcoreano usa calzoncillos térmicos contra los cortes de energía
- Un hombre vuelve a la tienda donde robó hace 60 años para devolver el dinero
- La primera conferencia mundial del aburrimiento terminó en fracaso
Con el invierno a la vuelta de la esquina y los termómetros cada vez más bajos, los abrigos, guantes y bufandas se hacen imprescindibles para salir a la calle. La teoría dice que la parte del cuerpo por la que el hombre pierde más calor corporal es la cabeza, sin embargo, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak, parece más preocupado por mantener cálidos otros puntos de su anatomía...y por reducir el consumo de energía nacional, que nadie se alarme. El mandatario ha decidido usar calzoncillos térmicos para contribuir a evitar los cortes de energía provocados por el aumento de la demanda en los últimos meses.
Unas temperaturas inusualmente bajas en el país han generado un notable incremento del uso de energía para fuentes de calor y el Ejecutivo ha tenido que dar instrucciones a negocios, funcionarios y ciudadanos para que mantengan bajos sus niveles de consumo, en previsión de la escasez que puedan sufrir en los meses venideros.
No se sabe si entre esas instrucciones está la de llevar ropa interior térmica, pero a juzgar por las declaraciones de Lee Myung-Bak, los cálidos calzoncillos pronto podrían convertirse en una auténtica revolución en el país. "Al principio no eran muy cómodos, pero después de un tiempo me he acabado acostumbrando y ahora siento calor y comodidad al llevarlos", ha dicho el presidente.
Espíritu navideño
Con el frío llega también la Navidad, unas fechas en la que el llamado 'espíritu navideño' lo invade todo. Admiramos las luces, sentimos nostalgia por quienes están lejos y la generosidad hace mella incluso entre las personas que el resto del año no se acuerdan de ella. Quizá como consecuencia de este espíritu o quizá por el remordimiento de conciencia, un anciano de Seattle ha decidido regresar a la tienda donde robó hace 60 años para devolver la cantidad que sustrajo, más los intereses que se han generado con el paso del tiempo.
Sesenta años más tarde, el anciano ha dejado en uno de los mostradores de la tienda 100 dólares junto a una nota en la que decía que, a finales de los años 40, se había apropiado de entre 20 y 30 dólares de la caja registradora del establecimiento. Las cámaras de seguridad del local han grabado la imagen del hombre pero, como recompensa a su acto responsable, los dueños han decidido no difundirla para evitar que sea reconocido.
La generosidad del 'inocente' ladronzuelo parece haberse contagiado a los propietarios del negocio, que ya han anunciado, según recoge 'The Huffintong Post', que el dinero que han recuperado lo donarán a familias que lo necesiten ante la proximidad de las 'fiestas blancas'.
Juego de niños
Corría el mediodía de un plácido domingo cuando un amplio dispositivo de hasta seis coches de policía acudía de urgencia al parque madrileño de ‘La cuña verde’ tras una llamada que alertaba de la presencia de dos jóvenes armados. Los agentes del orden se temían una especie de ‘Bowling for Columbine’... Incluso uno de ellos, consciente del peligro, se lamentaba: "¡Para un día que no me pongo el chaleco [antibalas]!" Pero no hizo falta. Minutos después de llegar a la escena del incidente, se dieron cuenta de la confusión. Dos adolescentes de apenas 14 años habían decidido ir a pasar la mañana jugando con unas armas que disparaban bolas de plástico, aunque simulaban fusiles de asalto.
Las armas en cuestión se venden como juguetes, pero pueden ser retenidas por la policía si se usan en la vía pública. Ante semejante despliegue policial, las autoridades decidieron levantar acta de lo sucedido, requisar los 'fusiles', llamar a los padres de los menores e imponerles una multa que podría superar los 300 euros…
El asombroso mundo de los secadores de manos
Dejamos los trascendentes asuntos bélicos para hablar de temas más entretenidos. Hace unos días, la primera conferencia mundial del aburrimiento terminó en fracaso y no por falta de asistencia. Precisamente todo lo contrario, el bloguero James Ward, autor de la bitácora 'Me encantan las cosas aburridas', consiguió llenar hasta la bandera el auditorio donde tenía previsto perpetrar una serie de conferencias sobre temas anodinos hasta la extenuación. Su arma secreta era una charla sobre los secadores de manos eléctricos...¡ese mundo!
Ward tenía puestas todas sus esperanzas en conseguir bostezos, siestas y espantadas con su genial idea. Pero constató su estrepitoso fracaso tras comprobar que hay gente verdaderamente interesada en los distintos modelos y sistemas que ofrece la tecnología para secarse las manos en los baños públicos.
Ni siquiera una sesuda clase de matemáticas a cargo de un científico afanado en probar que la raíz cuadrada de dos no se puede expresar como fracción consiguió desanimar a un público totalmente entregado a la causa, según cuentan las crónicas. James Warden ha conseguido, publicidad gratuita aparte, el dudoso honor de lograr que una conferencia sobre aburrimiento termine siendo divertida. Estas cosas pasan...
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