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martes, 16 de agosto de 2011

Las teorías del porqué de los zapatos voladores


De paseo por las ciudades de Chile se observa un fenómeno universal típico, característico de cualquier localidad en cualquier lugar del mundo. Zapatillas deportivas y zapatos de los más diversos tipos y colores cuelgan suspendidos sobre los cables de electricidad, cuan peras en un peral.

Los transeúntes se preguntan: ¿Quién pondrá tanto calzado en el tendido eléctrico? Más importante aún: ¿Para que sirven los zapatos voladores? Paseando por Valparaíso, Javier Huerta, un 'okupa' que vive junto a su comunidad en una antigua bodega de almacenaje porteña de la calle Chacabuco, da una posible respuesta.

"Nosotros ponemos los zapatos para que sepan quienes somos, para que sepan que vivimos aquí", manifiesta el ex estudiante de derecho. "Nuestras botas son 'bakanes' (estupendas en un tono algo más fuerte). No tenemos por qué dar ninguna explicación de lo que hacemos", concluye el joven chileno.

'Operación Bototo'

Sin embargo, cada vez es más difícil encontrar calzado volador. Chilectra, una de las compañías que suministra energía eléctrica en el país andino y Carabineros de Chile están llevando a cabo un completo operativo para terminar con este tipo de iniciativa ciudadana. Se llama 'Operación Bototo'.

Los responsables de la empresa energética aluden que es peligroso colgar calzado de la red eléctrica, pues si hay un cortocircuito se puede producir un incendio que afecte al vecindario. La misión comenzó hace algo más de un mes, en las calles santiaguinas de San Luis con Tucapel, en el barrio de Peñalolén.

Las chanclas, las botas de cuero, las zapatillas de deporte, los mocasines, los zapatos de tacón. Electricistas y carabineros están terminando con la ilusión de los santiaguinos que colgaron al aire sus prendas para caminar. Según el comandante Óscar Vargas, perteneciente a la 30a Comisaría de radiopatrullas: "Queremos prevenir situaciones de riesgo, si vuelven a llenar, vamos a continuar limpiando las veces que sea necesario", dijo.

El comandante tiene diversas teorías sobre el calzado volador. La primera dice que los delincuentes tiran las prendas de andar como si fueran un trofeo. Otra es que cambian el calzado viejo, el cual cuelgan del tendido eléctrico, por el nuevo que robaron. Una tercera suposición dice que sirve como alarma para ahuyentar a los ladrones que quieran robar en el barrio.

Lo cierto es que, como nos solían enseñar en la escuela: "Ni son todas las que están. Ni están todas las que son", en referencia a las teorías que argumenta el carabinero. Caminando por las poblaciones de Valparaíso, surge una nueva respuesta al dilema universal de los zapatos voladores.

Anunciando los puntos de venta

En Santa Rita Alto, uno de los barrios más pobres de la Ciudad Puerto, un confidente que prefiere mantener el anonimato, dice que las teorías del señor comandante están bien, pero que él tiene otra bien distinta. "Colgamos el calzado para anunciar los puntos de venta de droga. Dependiendo del tipo de vestuario, se vende una droga u otra", manifiesta el vecino.

"La cosa está mal por aquí. Nos tenemos que ganar la vida de alguna forma. En los barrios patrimoniales (Cerro Alegre y Cerro Concepción), los negocios para turistas dan qué comer. Pero ya me dirás tú aquí qué hacemos. Si nos quitan los zapatos, pues los volveremos a poner...", añade este habitante de Valparaíso.

De una manera u otra, la verdad es que la sustracción de calzado volador aún no se ha extendido por la ciudad porteña, aunque sí más por Santiago. En cualquier caso, los zapatos decomisados por la 'Operación Bototo' que estén en buen estado serán donados a diferentes hogares de beneficencia.

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