Una uruguaya que trabajaba en un centro de atención a discapacitados en Valladolid, España, fue acusada como la autora de la muerte de tres niños con discapacidad física aguda, de 3, 9 y 14 años, pertenecientes al lugar. La mujer intentó suicidarse.
La Justicia española investiga las causas de un violento crimen a tres niños con discapacidad, residentes de la ONG internacional Mensajeros de la Paz, que presta ayuda a mujeres víctimas de violencia doméstica, personas mayores y discapacitados físicos y psíquicos, en la localidad de Boecillo, en Valladolid.
La uruguaya Graciela Lilián B.H. (55) es la principal sospechosa de haber provocado la asfixia de los menores -con bolsas de nylon puestas sobre sus cabezas- y luego intentar suicidarse, según las primeras investigaciones realizadas por la policía de ese país.
La mujer, oriunda de Montevideo y con varios años de trabajo en el centro asistencial, era la única practicante que pasó la noche del domingo con ellos, mientras cumplía su horario nocturno. En la residencia se alojaban, en total, nueve menores con discapacidad aguda, pero esa noche solo había tres.
Ayer, sobre la hora 9:30, cuando se procedió al cambio de turno, las dos trabajadoras que ingresaron a la residencia se encontraron con un panorama desolador.
La uruguaya, que cuidaba durante las noches a los niños, fue encontrada inconsciente, con cortes de arma blanca en las muñecas, la cabeza y otras partes del cuerpo. Fue trasladada al Hospital Clínico de Valladolid y los investigadores creen que se trató de un intento de suicidio, tras la violenta arremetida contra los niños.
En otra pieza, fueron encontrados los tres menores, de 3, 9 y 14 años, asfixiados con bolsas de nylon sobre sus cabezas. Fuentes del caso estiman que pudo haberse tratado de un "homicidio compasivo", sin descartar otras hipótesis. Los tres fallecidos presentaban movilidad reducida entre el 78% y el 90%.
Al momento, agentes de la Guardia Civil mantienen a la uruguaya bajo custodia policial y el juez de la causa ha decretado el secreto de sumario. En tanto, las cuidadoras que vieron la escena y dieron la alerta están bajo atención psicológica.
La presunta autora de las muertes se desempeñaba hace cinco años en el centro "con normalidad, sin bajas por depresión y sin que se hubiera notificado nada anómalo", explicó el padre Ángel, referente de la ONG Mensajeros de la Paz. Esta organización está presente en 36 países, entre ellos Uruguay.
EN MONTEVIDEO. Un familiar de la acusada dijo a El País anoche que se enteraba de la noticia por la llamada del cronista y que las autoridades consulares uruguayas no se habían comunicado con la familia.
Explicó que Graciela mantenía contacto poco frecuente con él y otros familiares. Dijo que ella emigró desde Buenos Aires en 2001 o 2002, pero que no recordaba que estuviera vinculada a tareas médicas o de asistencia social.
En ese momento, la ciudad de Avila fue el destino de su familiar. Según sabía este familiar, Graciela estaba casada y tenía una hija. En su perfil de Facebook, la uruguaya acusada dice estar en una relación sentimental "complicada".
El padre Ángel describió el acto como producto de "un momento de locura".
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