Washington, 30 ago (PL) El presente mes de agosto se convirtió en el más mortífero para las tropas estadounidenses en Afganistán en 10 años de intervención armada del Pentágono, informó hoy la cadena CNN.
Un total de 66 militares norteamericanos murieron durante este periodo en el país centroasiático para superar un tope establecido en julio de 2010, cuando 65 soldados fueron dados de baja.
Prácticamente la mitad de los uniformados cayó el 6 de agosto cuando una granada autopropulsada lanzada por fuerzas insurgentes derribó un helicóptero en la oriental provincia de Wardak.
En esa ocasión, 30 miembros del servicio activo murieron, incluidos 17 suboficiales del comando especial Navy SEALs. Fue el mayor golpe recibido por el ejército de Estados Unidos desde que entró en 2001 en Afganistán.
En contraste, 36 militares fueron muertos en todo el mes de julio último. Antes de las cifras de agosto, la mayor cantidad de tropas muertas en un mismo mes este año sucedió en junio, con 47 elementos.
El envío en 2009 de un contingente adicional de refuerzo, con 33 mil soldados, indujo también que la cantidad de soldados caídos aumentara respecto a años previos, con 499 en 2010.
En años anteriores al contingente suplementario, el mayor número de elementos muertos en un mismo año fue 155 en 2008, resumió la televisora CNN.
Unos 10 mil soldados estadounidenses están programados para salir de Afganistán a finales de 2011, mientras que todo el personal militar se prevé que regrese en diciembre de 2014.
Este martes el presidente Barack Obama subrayó que "ahora es tiempo de hacer la transición de operaciones de combate a apoyo, que los afganos tomen responsabilidad y poner un fin responsable a las operaciones".
Mientras que el déficit de Estados Unidos es virtualmente inconcebible (14,3 billones de dólares), la guerra de Washington en tierras afganas ha resultado costosísima: dos mil millones de dólares mensuales.
Un total de 66 militares norteamericanos murieron durante este periodo en el país centroasiático para superar un tope establecido en julio de 2010, cuando 65 soldados fueron dados de baja.
Prácticamente la mitad de los uniformados cayó el 6 de agosto cuando una granada autopropulsada lanzada por fuerzas insurgentes derribó un helicóptero en la oriental provincia de Wardak.
En esa ocasión, 30 miembros del servicio activo murieron, incluidos 17 suboficiales del comando especial Navy SEALs. Fue el mayor golpe recibido por el ejército de Estados Unidos desde que entró en 2001 en Afganistán.
En contraste, 36 militares fueron muertos en todo el mes de julio último. Antes de las cifras de agosto, la mayor cantidad de tropas muertas en un mismo mes este año sucedió en junio, con 47 elementos.
El envío en 2009 de un contingente adicional de refuerzo, con 33 mil soldados, indujo también que la cantidad de soldados caídos aumentara respecto a años previos, con 499 en 2010.
En años anteriores al contingente suplementario, el mayor número de elementos muertos en un mismo año fue 155 en 2008, resumió la televisora CNN.
Unos 10 mil soldados estadounidenses están programados para salir de Afganistán a finales de 2011, mientras que todo el personal militar se prevé que regrese en diciembre de 2014.
Este martes el presidente Barack Obama subrayó que "ahora es tiempo de hacer la transición de operaciones de combate a apoyo, que los afganos tomen responsabilidad y poner un fin responsable a las operaciones".
Mientras que el déficit de Estados Unidos es virtualmente inconcebible (14,3 billones de dólares), la guerra de Washington en tierras afganas ha resultado costosísima: dos mil millones de dólares mensuales.
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