El convergente Carles Puigdemont se ha convertido viernes en el nuevo alcalde de Girona una vez se constituya el Consistorio, rompiendo 32 años de hegemonía socialista y con ausencia de concejales de ERC, tras haberse resuelto los recursos judiciales que los republicanos habían presentado sobre el recuento final de votos de las elecciones municipales.
Como en el caso de Barcelona, el proceso judicial provocó que el de Girona no se pudiera constituir el 11 de junio, como sí hicieron la mayoría de consistorios catalanes, y se aplazara para el 1 de julio.
De esta forma, el reparto sigue como estaba tras el escrutinio del 22-M: 10 escaños para CiU, 7 para el PSC, 3 para el PP, 3 para la coalición entre la CUP y Reagrupament y 2 para ICV-EUiA.
Y es que ERC ha perdido definitivamente su representación en el consistorio después de que el Tribunal Constitucional (TC) no admitiera a trámite su recurso de amparo tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) sobre el recuento.
En todo caso, la candidatura liderada por la republicana Blanca Palmada se ha quedado a un solo voto de obtener representación en el Consistorio, y el 'voto de la discordia' es uno en el que había dentro del sobre una papeleta de ERC y una estampilla de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
El TC no lo ha admitido porque ERC "no ha satisfecho la carga consistente en justificar la especial trascendencia constitucional del recurso", un argumento que también ha utilizado para otro recurso de amparo de la CUP, la sorpresa de estos comicios con quien los republicanos se han disputado un edil.
La diputada en el Parlament y cabeza de filas del PSC en Girona, Pia Bosch, es quien deberá afrontar esta nueva etapa de los socialistas en la oposición, tras haber gobernado en la ciudad en los últimos 32 años.
Bosch sustituyó al frente de la lista socialista a la que será la ex alcaldesa de la ciudad Anna Pagans, que ya había avanzado que no repetiría en el cargo.
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