En macabro hecho quedó al descubierto el viernes pasado y es investigado por personal policial. La responsable del geriátrico carecía de la habilitación correspondiente del Ministerio de Salud Pública.
El viernes pasado, la titular del citado hogar de ancianos, ubicado en la zona Oeste, próximo a la Plaza Artigas comunicó oficialmente ante las autoridades policiales el fallecimiento de una de sus clientas. En sus declaraciones, la denunciante expresó que la octogenaria había muerto mientras dormía en su cama. Sin embargo, la situación tuvo una inesperada vuelta de tuercas, debido a que los efectivos policiales junto a peritos forenses, determinaron que el fallecimiento de la infortunada anciana había ocurrido al menos cuatro días antes, en virtud que el cuerpo presentaba síntomas de putrefacción. Aparentemente, para disimular el tiempo de la muerte, la piel del cadáver había sido frotada con alcohol. Obviamente, la dueña del geriátrico fue interrogada. Al respecto dijo que no se había percatado del fallecimiento de su pensionista, pero, posteriormente, la Policía constató que la mujer había cobrado el día anterior en el Banco de Previsión la pasividad de $ 2.500 de la que gozaba la fallecida. La responsable del geriátrico tenía varias denuncias en su contra por usar indebidamente el dinero de las pasividades de sus clientes, de los que era apoderada ante el BPS.
El hecho se encuentra en la órbita judicial, tratándose de establecer además, a través de la autopsia correspondiente, las causas reales del fallecimiento.
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