Además, durante su intervención en el curso El nuevo sistema financiero, las nuevas infraestructuras y el nuevo mercado laboral, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Gómez ha abordado las opciones del fondo de capitalización para el despido, lo que se conoce como el modelo austriaco pero que, en opinión de los expertos, presenta algunas dudas sobre su viabilidad. Así, el ministro ha asegurado que con el excedente actual de 2,3 millones que tiene el Fogasa podría mantenerse el fondo durante cuatro o cinco años más sin modificar las aportaciones de las empresas.
Actualmente, los empresarios pagan una cotización social del 0,2% al fondo pero "no hay que olvidar que hace 20 años los aportaban un 0,7%", ha añadido. Por este motivo, una vez se agoten los fondos del Fogasa, Gómez ha apuntado que aplicar el modelo austríaco, tal y como se contempla la reforma laboral, supondría aumentar las cotizaciones sociales de las empresas en torno al 1,5%.
Sobre la negociación colectiva, Gómez ha acusado de forma directa a la patronal madrileña CEIM y a su presidente, Arturo Fernández, de ser los responsables de la ruptura de las negociaciones con los sindicatos para reformar los convenios.
Tras destacar que siente el "máximo respeto" por el presidente de la CEOE, Juan Rosell, y valorar su capacidad para llegar a acuerdos. El ministro ha puesto el punto de mira en otros estratos de la asociación empresarial. Así, Gómez ha denunciado que lo que no fue una actitud responsable fue lo que hizo la CEIM, que en un documento por escrito señaló que no se debe hacer nada en la actual reforma laboral "para no obstaculizar la labor del próximo Gobierno". "Si cree y dicen eso, tienen que dejar de negociar", ha defendido antes de insistir en que fueron unas declaraciones poco afortunadas.
Gómez también ha respondido a las palabras que lanzó ayer en el mismo foro Francisco González, que reprochó al Gobierno que la reforma laboral y la de los convenios "son cosas que deberían estar hechas y no lo están" para que España supere la crisis. En opinión del responsable de Trabajo, "es un error típico del discurso imputar a la negociación colectividad la responsabilidad de la crisis cuando en realidad está en el desplome del sector inmobiliario y el constructor por los excesos del pasado". Unos excesos que, según ha criticado, fueron alentados por las entidades financieras que, apelando al ahorro externo, "financiaron una expansión imposible de sostener".
"Construimos el triple de viviendas de las que necesitábamos", ha recordado Gómez al tiempo que ha destacado que el empleo se multiplicó por 2,5 veces. "Llegamos a tener 2,7 millones de trabajadores en este sector cuando Alemania, con mucha más población, nunca tuvo más de 2,5 millones", ha argumentado. Tras el estallido de la burbuja, el resultado es que dos de cada tres parados (un 75%) vienen de la construcción. "Y eso no es culpa de la legislación laboral ya que la legislación laboral no ha creado la burbuja", ha remachado.
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