Los milaneses asestaron ayer un golpe crítico al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al apoyar de manera masiva en las urnas a Giuliano Pisapia, candidato del centroizquierda a la alcaldía de Milán durante las elecciones administrativas celebradas entre el domingo y el lunes en 1.310 municipios italianos y 11 provincias. Il Cavaliere había intentado convertir los comicios locales en un plebiscito que lavara su imagen tras los últimos escándalos sexuales, aunque acabó siendo víctima de su propia estrategia , basada en el ataque sin piedad a la magistratura y la descalificación del adversario. Pisapia no partía como favorito en las encuestas, pero se impuso por un amplio margen a la alcaldesa y candidata del centroderecha, Letizia Moratti, forzando una segunda vuelta que con toda probabilidad acabará con el bastión por excelencia del berlusconismo.
"Ha cambiado el viento del Norte. Silvio Berlusconi ya no es el rey Midas que todo lo que toca lo convierte en oro" dijo Pierluigi Bersani, presidente del Partido Democrático (PD), que no pudo esconder su alegría cuando el primer sondeo al poco de cerrarse los colegios daba un 45% de los votos a Pisapia, por el 44% de Moratti. El cambio fue tomando forma durante toda la tarde y a última hora, con dos tercios de los votos escrutados, el progresista acumulaba el 47,9 % de los apoyos por el 41,6% de su contrincante.
Ambos están obligados a batirse en una segunda vuelta tal y como estipula la ley electoral cuando en un ayuntamiento con más de 15.000 habitantes ningún candidato llega al 50%. Pero este escenario es el más propicio para que Pisapia se haga con las llaves de la ciudad ya que, a priori, no debería tener problemas en obtener el apoyo de Mattia Calisse, del Movimiento 5 estrellas (3,3%) y de Manfredi Palmieri, candidato de la Unión de Centro ( 5,5%).
Berlusconi no quiso hacer declaraciones en toda la jornada, pero los resultados le dejaron en una posición lamentable. El premier decidió presentarse como cabeza de lista en Milán por el Pueblo de la Libertad (PdL) pensando que su nombre catapultaría a Moratti , pero resultó inefectivo. El sistema italiano permite votar a un candidato o a uno de los partidos que formen su lista electoral y las A las 23.30 horas, el PD sin Bersani a la cabeza, acumulaba casi tantos votos como el PdL (28,66%-28,76%).
El resultado es tan grave que pone en duda hasta la supervivencia del Gobierno a nivel nacional, porque Berlusconi esperaba que la victoria milanesa le diera un voto de confianza ante su socio Umberto Bossi, líder de la Liga Norte. El partido separatista naufragó en todos los municipios en los que se presentó junto al PdL, con Milán a la cabeza, lo que seguro llevará a Bossi a plantearse si le interesa mantener una alianza con un partido y un primer ministro en caída libre.
La fiesta de la izquierda siguió en Turín, donde Piero Fassino (PD) se convirtió en alcalde con el 56,7% de los votos. A última hora de la noche, Virginio Merola (PD), también obtenía el mismo premio en Bolonia con un 50,8% de apoyos. La única incógnita importante quedó abierta en Nápoles , donde Gianni Lettieri (PdL), con el 38,3% de votos, se jugará el resultado en la segunda vuelta contra Luigi de Magistris, candidato más votado de la izquierda con un 26,8%.
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