El Cairo, 19 mar (PL) Los egipcios comenzaron a votar hoy en un referendo sobre nueve enmiendas a la Constitución divididos entre apoyarlas o rechazarlas, pero animados de participar en la primera consulta popular tras el derrocamiento de Hosni Mubarak.
Alrededor de 45 millones de egipcios -de una población total de poco más de 80 millones- están llamados a responder "sí" o "no" a cambios que en esencia pretenden preparar el terreno para elecciones legislativas y presidenciales verdaderamente libres y democráticas.
Desde la apertura de las mesas de votación a las 08:00 horas (06:00 GMT), miles de personas se concentraron en varias zonas del país para emitir el sufragio sin mayores dificultades y sólo presentando su documento de identidad nacional, según constató Prensa Latina.
El ambiente de tranquilidad dominó las primeras horas del referendo que es supervisado por más de 16 mil jueces y personal del Poder Judicial custodiados, a su vez, por unos 36 mil soldados en inmediaciones de los colegios de voto para apoyar a la policía.
El paquete de enmiendas a nueve artículos fue elaborado por un panel de expertos legales que designó el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), la instancia militar que asumió el poder en Egipto tras la renuncia de Mubarak, el pasado 11 de febrero.
Según se explicó, la aprobación o el rechazo a las modificaciones de la Carta Magna deberá hacerse en bloque, lo que hace más reñida la presión entre quienes defienden y desestiman los cambios, estos últimos calculados en un 60 por ciento de los electores, según un sondeo.
Las correcciones a los acápites se refieren a facilitar la postulación de candidatos independientes y opositores a la presidencia del país, algo restringido sobremanera bajo el régimen de Mubarak, y a que los comicios sean monitoreados totalmente por el Poder Judicial.
Antes sólo podía supervisar las votaciones el parlamento que estaba dominado por el partido gobernante, lo que hacía mucho más fácil el fraude flagrante denunciado en las parlamentarias de noviembre último.
También las enmiendas limitarán a dos períodos de cuatro años cada uno los mandatos presidenciales, y derogarán la ley de emergencia vigente aquí desde hace 30 años y al amparo de la cual se reprimió a opositores y se otorgaba amplios poderes a las fuerzas de seguridad.
Si prevalece el "sí", las parlamentarias egipcias tendrán lugar en junio y las presidenciales podrían convocarse seis semanas después, pero en caso de ganar el "no", se convocaría una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna, aplazándose así las elecciones.
Críticos de las enmiendas, como el Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei y el secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, ambos aspirantes a disputar la presidencia, abogan por reescribir la Ley Primera para poder limitar realmente los poderes del jefe del Estado.
Alrededor de 45 millones de egipcios -de una población total de poco más de 80 millones- están llamados a responder "sí" o "no" a cambios que en esencia pretenden preparar el terreno para elecciones legislativas y presidenciales verdaderamente libres y democráticas.
Desde la apertura de las mesas de votación a las 08:00 horas (06:00 GMT), miles de personas se concentraron en varias zonas del país para emitir el sufragio sin mayores dificultades y sólo presentando su documento de identidad nacional, según constató Prensa Latina.
El ambiente de tranquilidad dominó las primeras horas del referendo que es supervisado por más de 16 mil jueces y personal del Poder Judicial custodiados, a su vez, por unos 36 mil soldados en inmediaciones de los colegios de voto para apoyar a la policía.
El paquete de enmiendas a nueve artículos fue elaborado por un panel de expertos legales que designó el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), la instancia militar que asumió el poder en Egipto tras la renuncia de Mubarak, el pasado 11 de febrero.
Según se explicó, la aprobación o el rechazo a las modificaciones de la Carta Magna deberá hacerse en bloque, lo que hace más reñida la presión entre quienes defienden y desestiman los cambios, estos últimos calculados en un 60 por ciento de los electores, según un sondeo.
Las correcciones a los acápites se refieren a facilitar la postulación de candidatos independientes y opositores a la presidencia del país, algo restringido sobremanera bajo el régimen de Mubarak, y a que los comicios sean monitoreados totalmente por el Poder Judicial.
Antes sólo podía supervisar las votaciones el parlamento que estaba dominado por el partido gobernante, lo que hacía mucho más fácil el fraude flagrante denunciado en las parlamentarias de noviembre último.
También las enmiendas limitarán a dos períodos de cuatro años cada uno los mandatos presidenciales, y derogarán la ley de emergencia vigente aquí desde hace 30 años y al amparo de la cual se reprimió a opositores y se otorgaba amplios poderes a las fuerzas de seguridad.
Si prevalece el "sí", las parlamentarias egipcias tendrán lugar en junio y las presidenciales podrían convocarse seis semanas después, pero en caso de ganar el "no", se convocaría una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna, aplazándose así las elecciones.
Críticos de las enmiendas, como el Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei y el secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, ambos aspirantes a disputar la presidencia, abogan por reescribir la Ley Primera para poder limitar realmente los poderes del jefe del Estado.
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