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miércoles, 9 de febrero de 2011

Tras dos semanas, el grito de los egipcios es más multitudinario que nunca

Los egipcios protagonizan este martes la mayor manifestación contra su presidente, Hosni Mubarak, justo cuando arranca la tercera semana del estallido de las manifestaciones. La reactivación de las protestas se ha producido a raíz de la visita a la plaza de la Liberación (Tahrir) de Wael Ghomin (el ejecutivo de Google y ciberactivista detenido durante 12 días), que ha sido recibido como un héroe. "Vamos a limpiar este país de esta basura", dijo a los asistentes.

Cientos de miles de personas acudían a la plaza, epicentro de las protestas, para unirse a los que ya han acampado allí, llenándola por completo por tercera vez desde que las manifestaciones comenzaron, el pasado 25 de enero. Esta es la mayor manifestación desde que comenzaron las protestas. De hecho, muchos dicen que es la primera vez que toman parte en la protesta. Asimismo,

Es la primera vez -desde que la semana pasada estallara la violencia entre los seguidores de Mubarak y los manifestantes- en que los manifestantes han protestado también fuera de Tahrir, frente al parlamento y los Ministerios de Información e Interior.

Ghonim, en Tahrir. | AP

Ghonim, en Tahrir. | AP

'Vosotros sois los héroes, sois vosotros los que seguís aquí en la plaza'
Wael Ghonim, ciberactivista

En otras ciudades egipcias, casi 20.000 personas se han manifestado este martes contra el régimen, sobre todo en Alejandría (5.000 manifestantes) y Minya (otras tantas).

"He venido por primera vez hoy [por este martes] porque este gobierno es un fracaso. Mubarak todavía se reúne con las mismas caras", decía Afaf Naged, de 71 años, que fue miembro del comité de dirección del estatal National Bank of Egypt, desde la plaza cairota. "No puede creer que esto se ha acabado. Es un hombre muy terco".

Naged dice que otra figura de los negocios le ha empujado a manifestarse. Se trata de Ghonim, que fue liberado este lunes después de dos semanas en las que la seguridad del estado lo mantuvo retenido. Según los activistas, Ghonim estaba detrás de un grupo de Facebook que contribuyó a inspirar las protestas.

Ghonim ha sido recibido esta tarde como un héroe por los manifestantes, que quieren que sea el portavoz de la revolución. "No soy un héroe, vosotros sois los héroes, sois vosotros los que seguís aquí en la plaza", ha dicho a la multitud.

"Hace falta que insistáis para que nuestras reivindicaciones sean satisfechas. Por nuestros mártires, hace falta que insistamos", ha añadido, antes de ser interrumpido por los manifestantes que gritaban: "El pueblo quiere la caída del régimen".

'Somos el pueblo, somos el poder'

La cólera de los manifestantes no ha disminuido con el anuncio del vicepresidente, Omar Suleiman, de un plan para transferir el poder. Este martes, anunciaba "un claro mapa de ruta con unos plazos establecidos para realizar una pacífica y organizada transferencia de poder".

Los manifestantes le respondían desde la plaza Tahrir acusando al gobierno de intentar simplemente ganar tiempo. Juran que no se rendirán. "Somos el pueblo, somos el poder", claman.

'Este diálogo sólo es una maniobra política para ganar tiempo'
Sayed Hagaz, manifestante

"El diálogo prolonga la vida del régimen. Ningún diálogo hasta que Mubarak se marche", decía Youssef Hussein, un conductor de turistas de 52 años procedente de Asuán. "Este diálogo simplemente se produce sobre el papel. Sólo es una maniobra política para ganar tiempo", coincidía Sayed Hagaz, venido del Delta del Nilo. "Ninguna de nuestras demandas ha sido escuchada", explicaba por su parte Mohammad Nizar, de 36 años.

Ayman Farag, un abogado cairota, decía que la tarea de los manifestantes todavía no ha finalizado. "Lo que ha ocurrido hasta ahora sólo es media revolución y espero que continúe hasta el final."

La protesta de este martes y otra convocada este viernes son pruebas de la capacidad de los manifestantes para mantener la presión sobre Mubarak. Los jóvenes han dado la orden de organizar una escalada otra vez.

La escalada de las protestas se ha reflejado también en nuevos incidentes con la policía egipcia, que hace dos días volvió a las calles, en diversos puntos del país. En una aldea en el sur de El Cairo, los manifestantes han quemado una comisaría después de que la policía matase a una persona. En la provincia de Wadi Gedid también ha fallecido una persona y decenas han resultado heridas.

Escasos avances

Figuras de la oposición también han denunciado los escasos avances en las conversaciones del gobierno. Los Hermanos Musulmanes, el grupo de la oposición mejor organizado, dijo este lunes que dejará las negociaciones si no se cumplen las demandas de los manifestantes, incluida la salida inmediata de Mubarak.

Hasta ahora, el gobierno ha concedido escaso terreno en las conversaciones. El octogenario presidente, que ha prometido retirarse cuando termine su mandato en septiembre, parece estar capeando el temporal que sacude Egipto, al menos por el momento.

De hecho, las conversaciones entre el gobierno y facciones de la oposición tuvieron lugar este domingo bajo la mirada de un retrato gigante de Mubarak.

Muchos -en un país donde el 40% de la población vive con menos de dos dólares diarios- están desesperados por volver a trabajar y a la vida normal, incluso aquellos que quieren la salida de Mubarak.

Para el taxista cairota Mustafa Fikri, la última cosa en su mente es la protesta contra el rais. Fikri lloró de felicidad pero aún así no pudo dirigirse al hospital. "Si no trabajo, mi familia pasará hambre. No queda dinero en casa".

El Cairo ha recuperado cierta normalidad. El tráfico volvía a ser caótico en el centro de la ciudad este martes y rápidamente se formaban colas en los bancos, que hasta ahora sólo habían abierto con horario restringido.

EEUU, adoptando un enfoque prudente, ha pedido a todas las partes que den tiempo a una "transición en orden" a un nuevo orden político en Egipto, durante décadas un aliado estratégico.

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