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jueves, 24 de febrero de 2011

El festival de la comida salvaje



¿Te apetece probar un chupito de semen de caballo? Pues sólo tienes que sacarte un billete a Nueva Zelanda y asistir el 13 de marzo al Wildfoods Festival de Hokitika, en la costa oeste del país. En uno de sus puestos se servirá esta delicia, hasta ahora sólo catada por las actrices porno más audaces.

El encuentro gastronómico, uno de los más fascinantes del mundo, reúne cada año a miles de personas interesadas en la comida extrema. Sus puestos sirven los manjares más extraños: desde larvas gigantes de escarabajo -un emblema del evento- hasta tulipanes de mar pasando por escorpiones, caramelos de grillo, helado de avispa o calostro -la primera leche tras el parto- de vaca. También venden tapitas menos excéntricas para el gusto español, como chili de venado, criadillas -"las ostras de la montaña"-, tortitas de chanquetes o batidos de leche de cabra.

Por muy friqui que parezca, el Wildfoods lleva celebrándose 23 años seguidos, y en 2010 reunió a casi 18.000 personas. "La gente viene a pasar un buen rato y a probar comida un poco diferente", cuenta por e-mail Mike Keenan, coordinador de eventos del festival. "Muchas personas lo tienen en su lista de cosas para hacer antes de morir. Además, la comida salvaje resulta muy saludable: es baja en grasa y los gusanos, escarabajos y otros insectos tienen muchas proteínas".

El buen humor es fundamental para disfrutar del acontecimiento. Muchos asistentes acuden disfrazados, y cada año se celebra un concurso para elegir a "los mejor vestidos". El tema de este año es Where the wild foods are, en un guiño al cuento y la película 'Donde viven los monstruos'. El programa del festival se completa con una competición fotográfica y un puñado de actuaciones musicales. "No queremos que venga gente aburrida, sino personas que disfruten de la atmósfera", asegura Keenan.

Janna Sherman 001

El Wildfoods ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Se han impuesto regulaciones sanitarias, y "se ha ido prescindiendo de los puestos de comida asquerosa en plan 'a ver si te atreves' en beneficio de buenos y sanos productos de comida salvaje". En 2003, el festival llegó a su cima en cuanto a público, con 22.000 asistentes y 90 puestos de los cuales casi una tercera parte eran de alcohol. "No tuvimos intoxicaciones, pero desde entonces hemos reducido el aforo a 15.000 y los puestos de alcohol a 10".

Cada año los organizadores intentan incorporar novedades. "Lo primero que preguntan los medios es qué hay de nuevo en el menú. Este año han generado mucho interés el pepino y los tulipanes de mar y los chupitos de 'proteína' de caballo". ¿Pero realmente sabe bien el semen de este animal? "Yo no lo he probado", reconoce Keenan. "Pero se servirá con mucho sentido del humor".


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