La matronatación, así es como se denomina a la natación para bebés, favorece el desarrollo físico del niño, especialmente el desarrollo de su equilibrio, en la que disfruta muchísimo y que refuerza el vínculo entre padres e hijos. Por eso es una de las actividades más recomendadas a madres como bebés de corta edad.
La Oficina Federal de Medio Ambiente alemana, sin embargo, acaba de hacer sonar las alarmas y pide a los padres que se abstengan de llevar bebés a las piscinas en caso de que el niño presente algún tipo de alergia o si hay en la familia antecedentes de alergias o asma.
Los causantes del peligro son los compuestos del cloro que se utiliza para mantener en condiciones higiénicas el agua de las piscinas y que pueden desencadenar asma en niños de corta edad, según un informe elaborado por esta entidad, con sede en Dessau.
La recomendación se basa en estudios preliminares que han revelado una relación directa entre la natación en agua tratada con cloro y la incidencia del asma, así como de otras enfermedades respiratorias crónicas. Los compuestos de cloro con destino a las piscinas son diseñados con el objetivo de que ataquen los gérmenes de la orina, las tricloranimas del sudor, los cosméticos, pero el riesgo de padecer asma se multiplica por 60 por cada 100 horas de contacto con la piel del bebé. Además, el riesgo de sufrir bronquitis, eccemas y problemas respiratorios sería mucho más elevado entre los bebés de dos años que acuden con regularidad a la piscina clorada, que en aquellos que no lo hacen.
La tricloramina o tricloruro de nitrógeno (NCl3) es un gas muy volátil y fácilmente inhalable, y se forma por la reacción del cloro al contacto con la suciedad orgánica. Su efecto no solo se nota en la típica irritación en los ojos o en las vías respiratorias superiores, perfectamente visibles después del baño en piscinas con agua tratada, sino que también puede irritar los pulmones, según las conclusiones de este trabajo.
Los investigadores recomiendan a los grupos de riesgo, menores de dos años y niños con predisposición a sufrir alergias, que eviten las piscinas con altas concentraciones de cloro, y a los usuarios en general que opten por piscinas con sistemas de ventilación y eliminación de estas sustancias.
Los niños menores de dos años están expuestos a un mayor riesgo porque tienen un tejido pulmonar más sensible que los haceespecialmente vulnerables. También suelen bañarse en piscinas de agua climatizada, de forma que la mayor temperatura del agua favorece las reacciones químicas perjudiciales y, por motivos obvios, también están más expuestos al caso de que el cloro entre en contacto con la orina y a su vez con la piel.
Para nadadores de más edad, el riesgo es más bajo, pero aun así la Oficina Federal de Medio Ambiente aconseja a todos los nadadores no olvidar nunca una ducha concienzuda inmediatamente antes e inmediatamente después de la piscina y previene a los responsables de las piscinas de la necesidad de proporcionar constantemente agua fresca y una ventilación adecuada.
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