El premier Silvio Berlusconi solía mantener al menos a catorce glamorosas mujeres en departamentos de un complejo cerrado en las afueras de Milán. La información se filtró ayer desde la fiscalía local. Las muchachas no tenían que pagar la renta y recibían grandes sumas por parte del político billonario a cambio de sexo. La existencia de los departamentos fue revelada por Karima El Mahroug, la bailarina adolescente marroquí más conocida como “Ruby, la robacorazones”.
La chica arruinó el último verano de Berlusconi, cuando se conoció que Il Cavaliere la había sacado de prisión a pesar de que estaba sospechada por robo. El jefe de gobierno italiano le había dicho a los uniformados que era la nieta del presidente egipcio, Hosni Mubarak. Como un investigador dijo en ese momento: “Si ella es la nieta de Mubarak, yo soy la reina Nefertiti”.
La bailarina admitió haber asistido a veladas eróticas organizadas por el primer ministro en una de sus casas. Pero ahora los abogados están aprovechando el levantamiento parcial de la inmunidad legal de Berlusconi para pedir que sea llevado a juicio bajo el cargo de haber mantenido relaciones cuando la chica tenía 17 años. Tener sexo con una prostituta menor de 18 tiene un castigo de hasta tres años de cárcel.
Aun así, nadie cree que Berlusconi vaya a quedar tras las rejas por este caso: sus abogados han mostrado una gran habilidad para hacerlo esquivar juicios. Pero lo que ahora pone una sombra sobre Il Cavaliere es la sordidez de la acusación, junto con una renovada confianza de los fiscales. Quizás por eso el mandatario salió ayer a defenderse. “El fango caerá sobre aquellos que usen la Justicia como arma política”, disparó Berlusconi. “Nos encontramos ante la enésima teoría construida con el propósito de echar fango sobre mi persona y mi papel institucional, intentando ilusoriamente eliminarme de la escena política”, agregó. “Pero esta vez fue superado todo límite”, remató el magnate.
Berlusconi no tiene un sucesor claro y la oposición tampoco está lista para ir a elecciones. La mayoría con la que ahora cuenta el premier es minúscula y parece que no podrá reforzarla: por más fuerte que sea su popularidad, un líder en juicio por mantener relaciones con menores no es un aliado atractivo.
Aun gente próxima a Il Cavaliere reconoce que las acusaciones pueden ser explosivas. Michelle Brambilla, una cercana aliada, escribió ayer en La Stampa: “Los fiscales piden un juicio rápido cuando consideran que la prueba es evidente y definitiva y que no necesitan mayor investigación”. Si eso es así, concluye: “Berlusconi estará en problemas como nunca antes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario