Un vagabundo rumano residente en Noruega ha demostrado que a veces mas vale dejar la casa en manos de un mendigo desconocido que de cualquier banquero. Segun la television NRK TV, Knut y Alexa, una joven pareja noruega que se iba de vacaciones, dejo las llaves de su casa a un anciano que vivia en las calles, el rumano Ion Bandac, acostumbrados a que en sus viajes habian sido alojados por desconocidos.
Asi que en la pasada navidad decidieron endulzar las fiestas al anciano que dormia en su calle y le dejaron, ante la sorpresa del viejo, las llaves de su casa.
Aunque todos sus amigos consideraron su gesto una locura (a pesar de que muchos de ellos seguramente habian hecho una hipoteca con alguna mafia bancaria), el anciano Ioan Bandac no les decepcionó. Al contrario, con el poco dinero que tenia adorno la casa para las fiestas, compro flores, una alfombra para el baño e hizo limpieza cada dia, hasta que llegaron sus dueños que nunca la habian visto tan limpia.
Ahora, la pareja noruega y el anciano rumano continuan siendo amigos, y hablan habitualmente, a pesar de que el vagabundo no habla noruego (parece que en el refugio donde pernocta a veces le facilitaron un telefono movil con una aplicacion que traduce automaticamente).
A pesar de que la opinion pública, bien aleccionada, suele fiarse mucho menos de un vagabundo que de, por ejemplo, un trajeado hombre de negocios, por ejemplo un banquero, todos sabemos lo que puede pasarte si dejas en manos de uno de estos vampiros tu casa, ademas de que es improbable que la cuidaran gratis (y en todo caso intentaran por todos los medios su ejecución hipotecaria).
Todo un ejemplo el de la pareja noruega y el mendigo rumano, que demuestra que ni es oro todo lo que reluce y mucho menos si lleva corbata, ni es peligroso todo aquel que no tiene dinero y esta fuera de la sociedad de consumo; y que en muchas ocasiones mas vale dejar la casa en manos de un mendigo desconocido que en manos de un banquero cuyo objetivo principal será en la mayoria de los casos extraer todo el beneficio posible de nuestra necesidad.
Es cierto que no podemos generalizar sobre vagabundos, mendigos y otros excluidos, pero si podemos decir que nunca seran mas peligrosos que un gran empresario sin escrupulos o un insaciable banquero.
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