La investigación se inició en agosto tras detectarse una serie de denuncias donde las víctimas manifestaban que habían recibido llamadas telefónicas en su domicilio de alguien que se había hecho pasar por trabajador del departamento de seguridad de una entidad bancaria. Esta persona les informaba que su tarjeta había sido utilizada de forma fraudulenta y que para darla de baja tenían que facilitar su número PIN, y días después se daban cuenta que alguien había realizado extracciones de sus libretas.
Tras apoderarse de las nuevas tarjetas, principalmenteeneldistritodelEixample deBarcelona,conseguían el teléfono del domicilio de las víctimas, a los que llamaban haciéndose pasar por personal de seguridad. Para dar confianza a las víctimas facilitaban el número de la tarjeta -que la víctima podía comprobar con la antigua- e informaban que, para darla de baja, tecleasen su DNI y su número PIN en el teléfono, que luego el grupo descifraba con un aparato electrónico.
El grupo extraía el dinero en cajeros automáticos del Baix Llobregat, y en alguna ocasión habían llamado a la entidad emisora con el DNI para intentar aumentar el límite de la tarjeta. Al acabar el envío por parte de las entidades bancarias de las nuevas tarjetas, el grupo cambió de modus operandi y dos de ellos se hacían pasar por comerciales de una empresa de telecomunicaciones e iban por los domicilios intentando captar clientes, y una vez en el domicilio aprovechaban un descuido para sustraerle las tarjetas.
En los registros de los domicilios, además de tarjetas,los agentes también localizaron dos plantaciones de marihuana, una en cada uno de los domicilios, con un total aproximado de 200 plantas. A los cuatro detenidos, de entre 19 y 28 años y que quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial, se les atribuye los delitos de estafa, descubrimiento y revelación de secretos, hurtos, robos con fuerza y contra la salud pública.
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