Francia y Alemania confirmaron ayer sus reiteradas reservas sobre la admisión de Bulgaria y Rumanía en el espacio Schengen -que suprime las fronteras interiores, crea una sola frontera exterior regida por los mismos procedimientos y permite la libre circulación de personas en buena parte de Europa- al anunciar por carta a la Comisión Europea que vetarán el acceso de ambos socios comunitarios al club de Schengen en vista de los débiles avances realizados en la lucha contra la delincuencia organizada.
Los ministros del Interior francés y alemán, Brice Hortefeux y Thomas de Maizière, firman la carta, en la que adelantan a Cecilia Malmström, comisaria de Interior, que consideran "prematuro" abrir el próximo abril las puertas de Schengen a Bucarest y Sofía, como las dos capitales pretendían.
La admisión en Schengen ha de ser aprobada por unanimidad de los Gobiernos; la Comisión solo presenta un estudio técnico.
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