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jueves, 30 de diciembre de 2010

Los crímenes violentos caen a su nivel más bajo en Estados Unidos desde 1973

En la cultura popular, incluso la más reciente, recogida en series de gran éxito como “The Wire”, la sociedad estadounidense a menudo aparece plagada por la violencia y el crimen. Sin embargo, las estadísticas reflejan una mejora sustancial en la seguridad ciudadana durante la última década. De acuerdo con los datos del Departamento de Justicia, los crímenes violentos cayeron este año a su nivel más bajo desde 1973.

La tendencia a la baja en el número de homicidios y actos violentos registrados por la policía se ha mantenido durante los dos últimos años contradiciendo las previsiones de muchos expertos, que se temían un estallido del crimen a causa de la crisis económica que vive el país, la peor desde la Gran Depresión de los años treinta.

La reducción del crimen es especialmente espectacular en las tres mayores ciudades del país, y donde la sensación de inseguridad era mayor. En las dos últimas décadas, el número de homicidios cayó en Nueva York un 79%, pasando de las 2.245 muertes violentas del año 1990, a las 471 del 2009. En Chicago, la reducción es del 48%, pasando de 850 muertes a 458. Por su parte, en Los Ángeles, los homicidios cayeron un 68%, de 983 a 312.

Estos cambios han provocado que la seguridad ciudadana haya desaparecido en las encuestas como una de las principales prioridades de los votantes, siendo reemplazada por nuevas demandas de seguridad ante otro tipo de amenaza: el terrorismo. De hecho, en las pasadas elecciones legislativas, apenas si se oyó hablar de seguridad ciudadana en la campaña electoral.

Según los expertos, la caída del crimen se debe a varios factores. Por un lado, una mejor tecnología y metodología por parte de las autoridades policiales ha permitido un uso más eficiente de los recursos disponibles, y la aplicación de exitosas medidas de prevención. Además, se han llevado a cabo ambiciosas campañas contra algunas bandas de crimen organizado, a la vez que se apostaba por nuevos programas sociales destinados a los jóvenes de barrios marginales.

Sin embargo, algunos factores no responden directamente a una política de las autoridades policiales. Por ejemplo, el boom económico de los años 90 ofreció nuevas posibilidades de trabajo a muchos jóvenes que podrían haberse decantado por la delincuencia ante la falta de expectativas. Igualmente, las luchas intestinas de hoy en día entre las mafias de la droga nada tienen que ver con las auténticas guerras motivadas por el control del “crack” en los años 80.

La gran pregunta que se hacen muchos expertos es si estas mejoras son irreversibles, o en el futuro puede haber un repunte de la violencia. William Bratton, un especialista en seguridad que trabajó para los departamentos de policía de Nueva York y Los Angeles se muestra optimista sobre el futuro. “No veo [los homicidios y el crimen violento] volviendo a las cifras que vimos en el pasado”, sostiene Bratton, que considera que será clave evitar la llegada una nueva epidemia de droga como la del crack.

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