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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Un descarnado testimonio sobre la pesadilla del terrorismo de Estado

El filme, que fue dirigido por el cineasta napolitano Stefano Incerti y protagonizado por Alessio Boni, Florencia Raggi y Jorge Marrale, narra la traumática peripecia de un periodista deportivo italiano que viaja a la Argentina con el propósito de cubrir la máxima competencia del balompié mundial.

Como se recordará, en esa oportunidad la selección albiceleste, que por entonces era timoneada por el polémico César Luis Menotti y capitaneada por el emblemático y temperamental Daniel Pasarella, logró la consagración, tras derrotar por 3 a 1 a Holanda, en un épica final que incluyó un disputado alargue.

Al ser dirimido durante la dictadura, el Campeonato Mundial fue rodeado de una aureola de ominosa sospecha. Incluso se denunciaron supuestos fraudes y la eventual manipulación de resultados para favorecer al combinado local.

Más allá de la euforia generalizada por el logro del título, desde el exterior quedó la percepción de que la competencia fue una buena propaganda para el gobierno autoritario y que los dados estaban echados antes de que comenzara a rodar la pelota.

Aunque la historia que narra "Cómplices del silencio" se desarrolla durante este acontecimiento que convocó a millones de espectadores y miles de periodistas de todo el planeta, no se trata propiamente de un filme de sesgo deportivo.

Al igual que "Mundialito", el excelente documental uruguayo de reciente estreno ambientado durante la Copa de Oro de 1980, esta película propone una mirada política sobre lo que sucedía en la Argentina hace ya treinta y dos años.

El relato se centra en la peripecia de Maurizio Gallo (Alessio Boni), un periodista deportivo italiano que llega a Buenos Aires para cubrir el mundial y conocer a unos familiares inmigrantes radicados en el Río de la Plata desde la década del cincuenta.

En cierta medida, las primeras imágenes registradas en el aeropuerto al cual llega la delegación de comunicadores extranjeros, trasunta la estricta vigilancia y los discretos pero atentos controles que ejercían las fuerzas represivas sobre los visitantes.

Incluso es claro que los extranjeros poco o nada sabían acerca de lo qué estaba sucediendo en el país sede del certamen, fruto de la mentira institucionalizada por el gobierno y la información maquillada por medios más interesados en el éxito económico del campeonato que en denunciar las salvajes violaciones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno autoritario.

La acción adquiere facetas realmente dramáticas cuando el profesional se relaciona afectivamente con una hermosa mujer que integra una organización guerrillera (se presume que el movimiento montonero), con todos los riesgos que ello supone.

La gratificante experiencia de reencuentro del protagonista con sus familiares y su flamante romance, contrasta radicalmente con su abrupto conocimiento empírico de la feroz dictadura que está asolando al país latinoamericano.

Este filme, que conjuga el cine de género con el testimonio y hasta el romance, retrata el rostro más ominoso y grotesco del régimen liberticida que por entonces detentaba el poder.

La descarnada imagen del fanatismo y la salvaje represión está condensada en el personaje sobriamente interpretado por Juan Leyrado, que es una mixtura entre la crueldad del terrorista de Estado y la manipulación emocional.

El relato explicita la despiadada violación de los derechos humanos perpetrada contra la población civil en los centros de detención clandestinos, donde, mediante horrendas torturas, se forzaba a los opositores a confesar sus presuntas culpas.

Stefano Incerti extrapola el padecimiento de un pueblo terriblemente sojuzgado por la barbarie, a la euforia callejera exteriorizada por la obtención del campeonato mundial.

En buena medida, este parangón supone una suerte de crítica a parte de la población argentina, que parecía indiferente al dantesco destino de miles de compatriotas literalmente masacrados por los mastines del régimen.

"Cómplices del silencio" es un fuerte testimonio sobre la tragedia de un país y el habitual efecto anestésico del deporte sobre parte de una sociedad enferma de indolencia.

Cómplices del silencio. Argentina, Italia. 2009. Dirección: Stefano Incerti. Guión: Rocco Oppedisano y Stefano Incerti. Fotografía: Pasquale Mari. Música: Pivio & Aldo de Scalzi. Reparto: Alessio Boni, Florencia Raggi, Jorge Marrale, Rita Terranova; Juan Leyrado; Tomás Fonzi, Giuseppe Battiston, Daniele Tedeschi y Víctor Hugo Carrizo.

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